En
el recorrido que estamos efectuando por distintos personajes destacados que
fueron autores de obras escritas de indudable referencia, hoy haremos
referencia a José de Casanova que tuvo a Magallón por cuna, siendo bautizado en
su iglesia parroquial de San Lorenzo en torno a 1616.
Aunque
aún no hemos localizado el registro de su bautismo, la fecha puede deducirse ya
que en este hermoso grabado se hace constar que tenía 33 años cuando fue
realizado, el año 1649.
José
de Casanova que ejerció como Notario Apostólico en la capital de España, ha
pasado a la historia por ser, probablemente, el primero y, sin ninguna duda uno
de los más importantes calígrafos españoles. Creó una academia de este Arte
junto a la puerta de Alcalá y para uso de sus alumnos publicó la Primera parte del Arte de escribir todas las
formas de letras que dedicó a Felipe IV, entonces reinante. Fue impreso en
Madrid, en 1650 y, en su portada, proclama su condición de “natural de la villa
de Magallón, arzobispado de Zaragoza”. Asimismo, señala la ubicación de su
escuela “junto a la puerta de Guadalaxara”.
En sus 116 páginas incluye láminas
con modelos de diferentes tipos de letras que fueron realizadas por él.
También
aparecen ejemplos prácticos para la realización de trabajos caligráficos como
éste diseñado para los “privilegios de letra de Grifo que se escriven en latín
en el Consejo Supremo de Aragón y en el de Italia”. Aunque tenía el propósito
de continuar su trabajo, esta “primera parte” fue la única que llegó a
editarse.
De
este ilustre magallonero dimos noticia en un artículo publicado en el Boletín Informativo del Centro de Estudios
Borjanos 107-108, en 2005, firmado por Pedro Ferrer Córdoba. En él se hacía
referencia a una exposición celebrada en la Biblioteca Nacional de Madrid, dos
años antes, en la que se mostró uno de los ejemplares conservados de su obra.
En
aquellos momentos, nuestro Centro estuvo a punto de conseguir un ejemplar de
este interesante libro. Ahora, hemos podido obtener una copia del mismo,
gracias a la digitalización efectuada por Google, a partir del conservado en la
Biblioteca de Catalunya.
Como
era habitual en la época, al comienzo del libro figuran varios poemas laudatorios
del autor, el primero de los cuales, que reproducimos arriba, le fue dedicado
por D. Pedro Calderón de la Barca.
Sirva esta reseña para difundir en nuestra zona la
importancia de este personaje destacado que llegó a ser “Examinador de Maestros
de Caligrafía
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