Acabamos
de recibir el último número de la prestigiosa revista Goya que edita la Fundación Lázaro Galdiano. En él aparece un
interesante artículo del Prof. D. Manuel García Guatas, titulado “Goya, en el
ojo de la modernidad” que hace referencia, como se señala en su inicio, al gran
pintor aragonés, al primer centenario de su muerte, a tres ciudades, como Madrid,
Zaragoza y Huesca, que lo conmemoraron en 1928 y a la relación entre Ramón
Gómez de la Serna y Ramón Acín. Especial atención dedica al llamado “Rincón de
Goya” de Zaragoza, una obra de Fernando García Mercadal, y a su posterior
transformación que, sin duda, ilustrará a quienes no conozcan las
circunstancias que han rodeado la historia de este monumento.
Pero,
junto al artículo anterior, debemos resaltar el que ha escrito D. Javier Jordán
de Urríes y de la Colina sobre “Los últimos discípulos españoles de Mengs”. Y
lo hacemos porque, entre ellos, se encuentra el ilustre pintor borjano D.
Buenaventura Salesa que está a la espera de recibir el reconocimiento que
merece en su ciudad natal.
En
él se destaca la fama de excelente dibujante que tenía Salesa en Roma, su
relación con el embajador D. José Nicolás de Azara y los trabajos que realizó
por encargo de éste en esa ciudad ya que lo consideraba el artista “que más se
arrimó a la manera de dibuxar” de Mengs. También en un informe enviado a
Madrid, señalaba el embajador que “ni después de Mengs se conoce otro que
diseñe como él”.
D.
Javier Jordán de Urríes aporta un dato que no conocíamos, el de la fecha de su
salida de Roma que se produjo tras proclamarse la República Romana el 15 de
febrero de 1798. Este episodio histórico tuvo lugar cuando los ejércitos
napoleónicos invadieron los Estados Pontificios y apresaron al Papa Pío VI que
fue llevado prisionero a Francia, donde falleció. Aunque la vida de esta
república fue efímera (desapareció al año siguiente), el embajador de España
ante la Corte Pontificia abandonó la ciudad y con él lo hicieron los artistas
pensionados que vivían en la ciudad. Salesa marchó a Florencia, en marzo de
1798, y después acompañó a Azara a París, regresando a España el 20 de julio de
ese mismo año.
Estableció
su residencia en Zaragoza donde fue nombrado Director de la clase de Pintura de
la Real Academia de San Luis y donde falleció el 25 de octubre de 1819.
El
5 de abril pasado publicamos en este blog un artículo que hacía referencia a su
labor como grabador, dando noticia de algunas obras conservadas en Borja, como
el retrato de Fernando VII, del Salón de Reyes de la Casa Consistorial o los
grabados de las armas de la ciudad y del cabildo colegial.
También
informamos sobre la adquisición de uno de los volúmenes de la Historia de la vida de Marco Tulio Cicerón,
editada en Madrid, en 1790, con los dibujos que realizó Salesa sobre personajes
de la antigüedad y de diferentes monedas.
Entre
las ilusiones, largo tiempo acariciadas, de nuestro Centro figura la edición de
una biografía de Salesa con el catálogo de su obra; la realización de una
exposición conmemorativa o, más recientemente, el estudio de las monedas
reproducidas por él. Por diversas circunstancias, todos estos proyectos se han
ido demorando mucho más de lo que sería conveniente.
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