Es
indudable que toda actividad de investigación suele deparar sorpresas. Esto es
lo que ha ocurrido ahora durante el proceso de catalogación de los bienes de la
cofradía de San Bartolomé de Borja, que está llevando a cabo, con gran
entusiasmo, su nuevo Presidente D. Enrique Lacleta.
Arrumbada,
aunque celosamente guardada durante muchos siglos, se encontraba esta bolsa
que, al ser analizada, ha resultado ser la bolsa de insaculación de la
cofradía. Como muchas personas conocen, especialmente las que asistieron a los
cursos que, sobre la Historia de Borja, impartimos hace unos años, desde el
siglo XV la elección de los cargos y oficios municipales se realizaba por el
procedimiento de insaculación. Consistía en introducir en una bolsa los nombres
de todas las personas que podían optar a ellos y, el día fijado, “una mano
inocente” iba sacando de cada una de las bolsas los nombres de los elegidos.
Porque, en el caso de los cargos municipales había bolsas diferentes, pues no
todas las personas podían optar, por ejemplo, al cargo de Justicia.
Periódicamente se renovaban los candidatos, un proceso no exento de polémicas
que se llevaba a cabo con gran rigor. Las bolsas se conservaban bajo llave para
evitar que se añadieran candidatos sin el debido control. Los nombres de los
mismos iban escritos en un pequeño papelillo que, enrollado, se introducía
dentro de una bola de madera, llamada “redolino”. Este procedimiento que
comenzó siendo utilizado en los consejos municipales también fue empleado para
la elección de cargos en otras corporaciones.
Aunque
el sistema era bien conocido, nunca habíamos llegado a ver una de estas bolsas.
De ahí, la sorpresa al encontrar la utilizada por la cofradía de San Bartolomé
con todos los redolinos, correspondientes a los miembros de la misma, en su
interior. La bolsa es de cuero y tiene una cinta del mismo material en la boca,
para cerrarla.
Los
redolinos son estas bolitas de madera con un orificio central para introducir
la boleta con el nombre de cofrade. En total han aparecido 342 que sería el
número de miembros de la cofradía cuando dejó de utilizarse. Todos los
redolinos son de madera, aunque de origen diferente, dando la impresión de que
fueron elaboradas en distintas series. Las boletas de papel, habitualmente, no
debían sobresalir del cuerpo del redolino, aunque en algunos casos, como el que
aparece en la fotografía, lo hicieran.
Aquí
pueden verse desplegadas las boletas que estaban en el interior de algunos de
los redolinos. Por el tipo de papel pautado y la letra que, tras su comparación
con las de los libros de la cofradía, parece corresponder a la del que fuera
Secretario de la Cofradía, D. Tomás Sanmartín, entre 1926 y 1930, se deduce
que, hasta esa época, el procedimiento seguía utilizándose para la elección de
mayordomos, llevadores, cesteros, lumineros y “llevador del velo” que eran los
cargos que se renovaban cada año. Posteriormente, quedó relegado pues, ni los
más antiguos miembros de la cofradía, lo recordaban.
Estamos,
por lo tanto, ante un hallazgo de gran interés para nuestra ciudad y,
probablemente, para otros lugares, pues no tenemos noticias de casos similares,
aunque probablemente los habrá. Como recuerdo del mismo, Enrique Lacleta ha
compuesto el nombre de la cofradía que preside con todos los redolinos
conservados en esta bolsa que, durante muchos años, ha conservado su padre D.
Serafín Lacleta.
Agradecer al Centro de Estudios Borjanos su labor de investigación y difusón de nuestro patrimono, poniéndolo en "valor" y permitiendo gracias a su blog,transmitirlo dentro y fuera de nuestra ciudad.
ResponderEliminar