La
iglesia parroquial de San Miguel de Ambel, un importante monumento, declarado
Bien de Interés Cultural, actualmente en proceso de restauración, fue el marco
del acto de clausura de la II Semana Sociocultural, organizada por la
Asociación de Amigos de la villa de Ambel, en el que intervino el Presidente
del Centro de Estudios Borjanos.
Ante
el numeroso público congregado, Dª Cristina Herranz efectuó la presentación del
conferenciante, destacando sus méritos personales y su especial relación con
Ambel, donde ha tomado parte en diversas actividades, siendo por otra parte
miembro de la asociación organizadora de la semana.
En
su intervención, D. Manuel Gracia Rivas habló sobre la historia de la S. O. M.
de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, desde su fundación hasta
nuestros días, destacando los aspectos más relevantes de su carisma y labor que
realiza en la actualidad.
Se
refirió también a su influencia en la propia historia de la villa, a lo largo
de los cinco siglos se presencia en ella de la que han quedado testimonios tan
importantes como el templo donde tuvo lugar el acto, con numerosas muestras de
heráldica de la Orden y de sus comendadores.
Dedicó
un recuerdo especial a algunos personajes relevantes como el comendador D.
Melchor de Monserrat, héroe de la defensa de Malta, cuya cabeza se conserva en
la capilla funeraria que mandó edificar su hermano D. Pedro de Monserrat, héroe
de Rodas, la cual está presidida por un excepcional retablo, en cuyo frontal
aparece el emblema de la Orden.
Pero
la influencia de ese gran comendador no se reduce solamente al aspecto
material, sino que D. Pedro de Monserrat fue quien, llevado por su amor a
Ambel, donó las principales reliquias de ese conjunto bajo cuyo patronazgo se
acogió posteriormente la villa. Entre ellas, el Lignum Crucis, la más
importante, y otras engarzadas en relicarios que, en algunos casos, llevan
grabadas sus armas.
Al
término del acto, la Asociación ofreció un refresco en la plaza de San Miguel,
mientras visitábamos la exposición sobre el Dance, de la que informaremos en
otro artículo. Ambel fue ayer, de nuevo, una villa hospitalaria tanto por el
cariño de sus habitantes como por su relación secular con la Orden de Malta.
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