Estos días hemos recibido la visita de Christine Vetter, esa excelente organera que todavía se arrepiente de no haber aceptado nuestra propuesta de acompañarnos al congreso de Europa Thesauri celebrado en Burgos, donde pudimos visitar el precioso órgano de la colegiata de Covarrubias, por el que tanto interés tiene, compartido por esa modélica asociación que está impulsando su restauración.
Nos trajo una
obra de gran interés. Lleva por título De trompetas y clarines (crónicas
castellanas), escrita por Francis Chapelet, un ilustre organista y organero
francés, gran amante de España, a la que considera su segunda patria.
El libro relata
sus andanzas por tierras castellanas, describiendo con notable precisión una
época, hoy casi olvidada, pero que llegamos a conocer, con trenes arcaicos en
los que la puntualidad era lo que menos importaba, y pueblos arrumbados a los que
era difícil llegar.
En ellos,
Chapelet fue descubriendo ese tesoro escondido, constituido por los antiguos
órganos, que ya no sonaban, supuestamente custodiados por un clero montaraz que
impedía, de mil maneras y malos modos, el acceso a este personaje cuyo único
interés era el de salvarlos, restaurarlos y hacerlos sonar de nuevo.
Uno de los más
hermosos capítulos está dedicado, precisamente, a Covarrubias donde quedó
fascinado por el órgano de su colegiata, donde pudo grabar un disco que
contribuyó, de manera decisiva, a la difusión en Europa de estos instrumentos
musicales españoles.
El libro se lee
con fruición. El capítulo dedicado a Segovia provoca auténtico rubor, al constatar
en qué manos estaba el patrimonio artístico y musical de nuestras catedrales.
Todo ha
cambiado y su coda final constituye la mejor expresión del éxito alcanzado por
un proyecto ejemplar que ha impulsado el propio Chapelet, al que, según
Christine le haría enorme ilusión hacer sonar, de nuevo, el órgano de
Covarrubias, tras la restauración que están impulsando.


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