En la pasada solemnidad de la Inmaculada Concepción, pudimos ver como los celebrantes de la Eucaristía utilizaban casullas azul celeste. El uso de este color litúrgico (que en realidad no lo es) responde a un privilegio excepcional concedido al Reino de España y a los territorios dependientes de él, para su empleo exclusivo el día de la Inmaculada y durante su octava (que ya no existe).
No es, por lo tanto, el color
propio de las fiestas marianas, en las que los ornamentos litúrgicos deben ser blancos,
aunque pueden ser adornados con un galón o franja azul. Así pudimos verlo en
Borja en la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
Como hemos
comentado el privilegio español se extiende a las naciones hispanoamericanas y,
también, a la Orden franciscana. En ambos casos, como reconocimiento a su
defensa del dogma de la Inmaculada, antes de que fuera proclamado. Lo tienen
también Austria y el antiguo reino de Baviera, pero en ningún otro lugar puede
usarse el azul.
En esta imagen vemos
al Papa León haciendo uno de una casulla blanco, con franja azul, en una celebración
mariana.
Pero todo este
comentario viene provocado por la sorpresa que ha causado el uso de ornamentos
azules en dos fiestas marianas, celebradas en Tarazona y Ricla. Con objeto de
reafirmar lo que ya intuíamos, hemos consultado con un experto liturgista que
nos ha confirmado que se trataba de un uso indebido ya que, como hemos
comentado, el azul es privativo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
No obstante, en
descargo de quien pudo ser mal aconsejado, ofrecemos esta imagen tomada durante
la visita que el Papa Benedicto XVI realizó a la Basílica del Nacimiento de la
Virgen María, en Mariazell, Austria, el 8 de septiembre de 2007, en la que,
sorprendentemente, utilizó ornamentos azules. Claro que eran tiempos de experimentos,
como la forma de llevar el palio. Ignoramos la razón de la elección, por parte
del Maestro de Ceremonias, de este color para el Papa.




.jpg)

No hay comentarios:
Publicar un comentario