Hace pocos días celebramos la fiesta de la Presentación de la Virgen María en el Templo, un episodio que no relatan los Evangelios canónicos, pero que aparece en el Protoevangelio de Santiago, que ha servido de inspiración para numerosas representaciones artísticas incluidas en los ciclos de la vida de la Virgen.
Uno de ellos es ese magnífico conjunto de tablas del antiguo retablo de la colegiata de Santa María de Borja, actualmente expuesto en el Museo de la Colegiata, que visitamos aquel día, en compañía del sacerdote D. Inocente García de Andrés, admirando detalles significativos de esas obras, que pueden pasarnos desapercibidos.
En el caso que
nos ocupa, llama la atención esa escalera por la que asciende la Virgen para
encontrarse con el Sumo Sacerdote que la espera en el umbral del templo. Según
el relato del citado Protoevangelio de Santiago, fue al cumplir los tres años
cuando sus padres San Joaquín y Santa Ana, llevaron a la Virgen al templo,
donde permaneció hasta sus desposorios con San José.
En la
iconografía, se la representa con más edad, como una jovencita que asciende
decidida, sin volver la vista atrás, por esos 15 escalones que, de manera simbólica,
representan los quince salmos graduales que los peregrinos entonaban en su camino
hacia el templo.
Vittore Carpaccio
Cima da Conegliano
Podíamos ofrecer muchos ejemplos de artistas que han reflejado el tema de los quince escalones, presente en obras de Vittore Carpaccio, Tiziano o Cima da Conegliano, aunque en el caso de la tabla de Borja hay algún elemento que llama la atención.
Al pie de la
escalera, los hermanos Zahortiga representaron a los padres de la Virgen. San
Joaquín se identifica perfectamente por el nimbo poligonal, característico de
los patriarcas del Antiguo Testamento.
Al otro lado
aparece Santa Ana, con nimbo circular y manto rojo. Pero, tras ella se
encuentran otras dos mujeres, también con nimbos dorados, que no suelen verse
en otras representaciones.
¿Quiénes son?
No nos atrevemos a afirmarlo con rotundidad, a pesar de que este grupo de tres
mujeres aparece en otras tablas del mismo retablo. Lo más probable es que los
artistas quisieran representar a otras dos hijas de Santa Ana, María Salomé y
María Cleofás, aunque con un evidente desfase en cuanto a la edad. Pero, a la
llamada “Parentela de la Virgen” merecería la pena dedicar otro artículo.



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