Durante nuestra pasada estancia en Burgos, celebramos una Eucaristía conmemorativa del L aniversario de la ordenación sacerdotal del arzobispo monseñor Brugués. Tuvo lugar en la capilla de Santa Tecla, un espacio de considerables dimensiones que es la parroquia de la catedral.
Durante nuestra
pasada estancia en Burgos, celebramos una Eucaristía conmemorativa del L
aniversario de la ordenación sacerdotal del arzobispo monseñor Brugués. Tuvo lugar
en la capilla de Santa Tecla, un espacio de considerables dimensiones que es la
parroquia de la catedral.
En el retablo
de Burgos se la representa sobre una hoguera que están alimentando unos sayones,
pero una fuerte tormenta apagó las llamas, siendo después sentenciada a ser devorada
por fieras salvajes en el circo. Los leones lamieron sus pies sin hacerle daño
y, posteriormente, lucharon entre ellos, despreocupándose de la Santa.
Según la leyenda,
luego, fue arrojada a una balsa con cocodrilos y Tecla rogó a Dios que el agua
le sirviera como bautismo, muriendo instantáneamente todos los cocodrilos.
También sobrevivió a las acometidas de unos toros.
Ante tales prodigios,
la dejaron en libertad y fue a refugiarse a una cueva en Seleucia, donde, según
algunos, vivió hasta su muerte. Al parecer, unos soldados intentaron violarla
allí, pero la cueva se derrumbó, quedando al descubierto únicamente un brazo de
la Santa.
Ese brazo se
conserva, como preciada reliquia en Tarragona, ciudad de la que es Patrona. Fue
en 1319 cuando los cónsules de dicha ciudad viajaron hasta Armenia, con una
carta de recomendación del rey Jaime II para el rey Onsino, con el propósito de
conseguir el brazo de la Santa.
El rey de
Armenia se lo entregó a cambio de 40 caballos andalusíes, un trono de oro y dos
mil quesos de Mallorca, entre otros regalos. La reliquia llegó a Tarragona a finales
de 1320 y, desde entonces, se celebra con espectaculares fiestas todos los
años.
El brazo estuvo
primero en el monasterio de San Cugat del Vallés y, desde allí, fue llevado a
la catedral de Tarragona, donde fue robado por las tropas francesas del general
Suchet, en 1811, aunque posteriormente fueron encontrados e identificados los
huesos sin el relicario.
Santa Tecla es
también Patrona de los Informáticos, desde que, en la década de los años 60,
cuando la profesión comenzaba a cobrar forma, decidieron buscar protección y,
tras revisar el Santoral, en tono un tanto jocoso, consideraron que la Santa
más relacionada con su profesión eran Santa Tecla.
En Borja
tenemos también una representación de la Santa. Es un lienzo que se encuentra
en la Sala VII del Museo de la Colegiata, formando parte de esa interesante
colección de Santas Mártires que, posiblemente, fueron encargadas por el
cabildo.
Ahora que lo saben, esperamos que a ella se encomienden o la recuerden todos los que, diariamente, vivimos pendientes del teclado…





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