Numerosas personas, desafiando las inclemencias de
una noche fresca y ventosa, se congregaron el pasado sábado día 22 de julio al
pie de la torre de Bulbuente para asistir a la representación de la leyenda de
la Mora Encantada.
A
través de una serie de escenas breves se fue relatando la historia de la joven
Aisha, hija del señor musulmán de Bulbuente, ciegamente enamorada del joven
caballero cristiano D. Alonso, a pesar de que el padre le ha preparado un
matrimonio de conveniencia con otro poderoso señor de la zona.
Aunque
ella acepta resignada la decisión paterna e, incluso, promete cumplirla, se cita
con el caballero cristiano, intercambiando con él muestras de su amor, sellado
con un casto beso.
La
fuga de la joven, por uno de los pasadizos del castillo, es descubierta y el
padre que, en un principio, piensa que ha sido capturada por los cristianos, envía
a sus hombres a buscarla. La tragedia se inicia cuando el joven Alonso da
muerte al más fiel de los capitanes, especialmente querido por Aisha, a pesar
de lo cual esta no vacila al pedirle que huya, antes de la llegada del resto de
las tropas.
Descubierto
el engaño, el padre monta en cólera y acusa a su hija de haber faltado a su
palabra y traicionado su confianza. Entonces, ante todos los habitantes de
Bulbuente, procede a castigarla convirtiéndola en piedra.
Desde
entonces, esa piedra se mantiene en una gran dolina situada en las cercanías de
la localidad, hasta la que ayer se acercaron muchas personas, pues merece la
pena conocerla. Además, como destacó el anónimo autor del relato, muchas noches
vaga por las estancias del castillo el espíritu de la joven que sigue enamorada
de aquel caballero.
Al término
de la representación los intérpretes fueron premiados con una calurosa ovación
por parte del público. Pero la sorpresa surgió cuando el ubicuo fray Enrique
anunció que Aisha, la protagonista, cumplía 15 años y, mientras se entonaba el “Cumpleaños
feliz” su hermana Izarbe Marín Sanjuán, que también había intervenido en la
obra, le hizo entrega de un ramo de flores, lo que fue contemplado con emoción por el bisabuelo de ambas jóvenes que presenció la representación.
La
noche finalizó con la actuación del grupo Bucardo, al son de cuya música los
más valientes ensayaron unos pasos de bailes medievales.
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