martes, 11 de julio de 2017

Recuerdos de Juan Ramón Jiménez en Moguer



         Una de las jornadas del reciente congreso de franciscanismo que venimos comentando en los últimos días se desarrolló en la sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía, donde pudimos disfrutar de sus excelentes instalaciones y de la cordial acogida, al igual que en años anteriores lo hicimos en la sede de Baeza.





         Allí, junto a la entrada del campus se conserva la pequeña casa en la que se albergó Zenobia Camprubí Aymar, la esposa del poeta Juan Ramón Jiménez, como lo recuerda la placa que los “Amigos de Zenobia y Juan Ramón” le dedicaron en el 90 aniversario de su boda.

         Zenobia había nacido en Malgrat de Mar (Barcelona) el 31 de agosto de 1887, en el seno de una familia acomodada, con ascendencia norteamericana y corsa por parte materna. Disfrutó de una esmerada educación en la universidad de Columbia. En 1909, llegó a La Rábida, ya que el padre era el ingeniero jefe del puerto de Huelva. Conoció a Juan Ramón en una conferencia de Bartolomé Cossío en Madrid e iniciaron una relación que no contó con la aprobación de los padres de Zenobia, hasta el punto de hacerla viajar a Nueva York, para alejarla del poeta, a finales de 1914. Pero, Juan Ramón cruza el Atlántico y el 2 de marzo de 1916 la pareja contrajo matrimonio en la iglesia de St. Stephen. Zenobia murió el 28 de octubre de 1936, tres días después de que le fuera concedido el Premio Nobel al poeta. Ese mismo día era nombrada “Hija Adoptiva de Moguer”.




         En esta casa de Moguer había nacido el 23 de diciembre de 1881, uno de los hijos más ilustres de esa localidad. Convertida en Museo constituye en la actualidad uno de los muchos hitos que jalonan el casco urbano, recordando al Premio Nobel y su obra. Porque Moguer es un auténtico museo de escultura urbana relacionada con el poeta que tiene su reflejo también en las placas colocadas en los lugares que guardan relación con su obra.




         Precisamente, junto al convento de Santa Clara que visitamos, encontramos esta escultura de Víctor Pulido que, con el título de “Asnografía” recuerda a Platero y también pudimos fotografiar esta placa que alude a los muros y la espadaña de la iglesia del monasterio.




         El objetivo de nuestra estancia en Moguer era seguir las huellas colombinas, pero nos hubiera gustado disponer de tiempo para poder visitar sus museos que, además del citado, hay otro en la casa situada en el nº 10 de la actual calle de Juan Ramón Jiménez, a la que la familia se trasladó cuando el poeta tenía cuatro años de edad.




         Moguer dispone también de un Museo de Escultura al aire libre en el que se encuentran las dedicadas a Juan Ramón y Zenobia, pero también otras ocho relacionadas con la obra del poeta, además de siete monumentos relacionados con los acontecimientos colombinos y otros temas, entre los que destaca el consagrado a la Virgen de Montemayor, Patrona de la localidad.




         Ofrecemos imágenes de la que lleva por título “Idilio de abril”, obra del escultor Pedro Requejo, que está inspirada en Platero y yo, como todas las restantes, y que fue inaugurada en 2014. La segunda es “El tío de las vistas”, realizada por el escultor Martín Lagares e inaugurada el mismo año.






         Por otra parte, el recorrido por las limpias calles de la población se ve jalonado por placas de azulejería que recuerdan lugares entrañables o fragmentos de la obra de ese gran escritor que, desgraciadamente, muchos jóvenes actuales no suelen ya leer y que asocian el nombre de Platero a un grupo musical ya desaparecido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario