Iniciamos
hoy una serie de artículos en los que, cumpliendo una de las principales
funciones de nuestro Centro, como observador ante el Comité Intergubernamental
para la Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, daremos a
conocer las candidaturas que han quedado inscritas en la lista del Patrimonio
Mundial, tras la reunión celebrada en isla Mauricio.
La primera de ellas es la de “As-Samer” de Jordania. Se trata de una
expresión artística constituida esencialmente por danzas y cantos que se
interpreta en muchas regiones de Jordania, sobre todo con motivo de la
celebración de ceremonias nupciales. La practican tanto las personas jóvenes
como las de más edad, y también se anima a los niños a que participen en ella.
El día de la boda, el padre del novio insta a los invitados a que se pongan en
filas entonando canciones y tocando palmas. Acto seguido, tiene lugar una
representación con tres protagonistas principales. El primero es Al-Hashi,
personaje interpretado por una parienta de los anfitriones de la boda, que
canta y baila ante los participantes en la fiesta ataviada con un velo que le
tapa el rostro y con una amplia túnica negra (“abaya”) que cubre su atuendo
tradicional. El segundo personaje es Wasq Al-Hashi, un bailarín familiar de
esta mujer, que la agarra por la manga de la túnica y le pide que se siente. En
ese momento entra en escena el tercer protagonista, Al-Badda, un hombre que se
dirige cantando a Al-Hashi para que reanude su danza y que declama poemas para
despertar sensaciones de alegría, deseos de paz, emociones íntimas y
sentimientos de empatía entre los asistentes. La práctica de este elemento del
patrimonio cultural consolida los vínculos sociales, fomenta la cohesión de las
comunidades y anima a los participantes de todas las edades a sumarse espontáneamente
a su celebración, con la voluntad de transmitir a las generaciones venideras
los conocimientos y competencias pertinentes. La candidatura fue presentada por
Jordania.
Blaudruck/Modrotisk/Kékfestés/Modrotlač,
teñido o impresión por reserva en azul índigo. Estos términos
significan literalmente “teñido o impresión en azul por reserva”, una práctica
de los artesanos tintoreros consistente en aplicar a los tejidos una pasta
impermeable a la coloración, antes de proceder a la operación de teñirlos de
azul índigo. Esa pasta impide al tinte penetrar en los motivos o dibujos y los
deja sin colorear. Los artesanos usan planchas fabricadas manualmente –que datan
de tres siglos atrás en algunos casos– para aplicar sobre los tejidos dibujos
con temáticas de inspiración genérica, regional o religiosa. Los motivos
florales y zoológicos son representativos de las culturas locales de las
distintas regiones. Este elemento del patrimonio cultural no se limita al mero
teñido o impresión con azul índigo, sino que abarca las demás fases de la
cadena de producción textil: preparación de la materia prima, hilado, tejido y
acabado. El elemento se practica actualmente en pequeños talleres familiares
regentados por artesanos impresores, cuya estirpe se remonta a dos o incluso
siete generaciones atrás. Las labores de cada etapa de producción las llevan a
cabo por igual los hombres y mujeres de la familia. Los conocimientos de este
oficio tradicional se basan todavía en memorias escritas, propiedad de las
familias, que datan del siglo XIX, y se transmiten también mediante la
observación y la práctica. Los artesanos mantienen un fuerte vínculo emocional
con su oficio, que les infunde un gran sentimiento de orgullo por ser los
continuadores de una tradición familiar ancestral. La candidatura fue
presentada conjuntamente por Austria, Chequia, Alemania, Hungría y Eslovaquia.
Celebración
en honor del icono de Nuestra Señora la Virgen (Fiesta de Budslaŭ). Desde
el siglo XVII, el primer fin de semana de julio de cada año, acuden miles de
peregrinos de todos los rincones de Bielorrusia y otros países a la fiesta del
pueblo de Budslaŭ, situado en la región de Minsk, para participar en las
celebraciones en honor del icono de la Virgen patrona de los bielorrusos,
conservado en esta localidad. Algunos penitentes recorren todo su itinerario a
pie. Según la leyenda, Budslaŭ fue el lugar donde la Virgen María se apareció a
un grupo de creyentes en julio de 1588, y desde entonces su icono alcanzó gran
celebridad por el sinfín de milagros que se le atribuyen. Las festividades
religiosas comprenden: la acogida de los peregrinos por parte de sacerdotes, la
celebración de misas, la procesión nocturna del icono a la luz de cirios, una
vigilia de oraciones para los jóvenes y oficios de plegarias a la Madre de
Dios. Entre los depositarios de este elemento del patrimonio cultural, que es
parte integrante de la historia y tradiciones del pueblo, figuran representantes
de todas las clases sociales y franjas de edad de sus vecinos. La fiesta atrae
a creyentes de todas las edades por familias enteras, lo que contribuye a
fortalecer los vínculos entre las distintas generaciones. Orgullosos de su
reliquia, los habitantes de Budslaŭ son los que preservan y transmiten los
conocimientos y prácticas tradicionales inherentes a las celebraciones. Además,
acogen cálidamente a los peregrinos en sus hogares y les invitan a compartir su
mesa, haciendo así que éstos conozcan a fondo las costumbres típicas de la
localidad en materia de culto religioso, artesanía y gastronomía. La
candidatura fue presentada por Bielorrusia.
Chakan,
arte del bordado de la República de Tayikistán.
El arte manual denominado “chakan” consiste en bordar flores, adornos y motivos
simbólicos con hilos de colores vivos en paños y telas de algodón o de seda.
Esta práctica tradicional del bordado, que está muy extendida entre las mujeres
y muchachas de Tayikistán, se utiliza para ornamentar ropa de vestir como
blusas, pañuelos y otras prendas, y también textiles domésticos como cortinas,
fundas de almohadas, colchas para cunas de niños pequeños, etc. Sus motivos
reproducen imágenes mitológicas y simbólicas relacionadas con el universo y la
naturaleza circundante, que son expresiones de los deseos y esperanzas de la
población. La práctica de este arte textil abarca la elección de la tela y los
hilos, el diseño de los adornos, la confección del patrón del bordado y la
realización del bordado propiamente dicho. Antaño, los hilos de preparaban con
fibras de algodón y seda y se teñían con colores naturales extraídos de plantas
y minerales, pero hoy en día las bordadoras usan hilos de tejidos. En las bodas
celebradas en la región de Khatlon es importante que las novias vistan blusas
con bordados “chakan” y que los novios se toquen la cabeza con el típico gorro
nacional, el “taqi”, adornado con motivos de este estilo. Asimismo, en las
fiestas nacionales y otras celebraciones, las mujeres y muchachas tayikas se
engalanan con vestidos “chakan”. Los artículos bordados con esta práctica
artística no sólo son una expresión de belleza y elegancia, sino que también
son un símbolo de la unidad entre el hombre y la naturaleza. Son las abuelas,
madres y hermanas mayores las que enseñan el arte de bordar a las muchachas más
jóvenes, aunque la transmisión de este elemento del patrimonio cultural también
se efectúa en grupos a través del método llamado “ustod-shogird”, esto es, de
maestras a aprendizas. Las artesanas independientes obtienen una fuente
importante de ingresos con la venta de sus productos en bazares y almacenes de
ropa. La candidatura fue presentada por Tayikistán.
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