domingo, 9 de diciembre de 2018

Declaraciones de Patrimonio Cultural Inmaterial VI


         A las tradiciones de dos países africanos se une hoy una expresión musical de Croacia y la instalación de belenes en Polonia, lo que nos resulta también llamativo.

Međimurska popevka, música vocal folclórica de la región de Međimurje. La “međimurska popevka” fue en el pasado un género artístico practicado principalmente en solo por mujeres. Hoy en día la interpretan tanto hombres como mujeres, en grupo o individualmente. Se canta a una o varias voces al son de instrumentos o sin ellos, y también se puede interpretar como pieza exclusivamente instrumental o para el acompañamiento de danzas. Los temas de las letras de las “popevkas” tienen una importancia considerable, ya que en función de ellos estas canciones se clasifican en amorosas, nostálgicas, tristes, humorísticas y religiosas. Los depositarios más activos de este elemento del patrimonio cultural son fundamentalmente miembros de sociedades y asociaciones culturales y artísticas muy antiguas, pero los cantantes solistas desempeñan también un importante papel en este ámbito porque la tipicidad de la “popevka” estriba en una interpretación llena de matices individualizados. Esta música vocal se practica en privado, solitariamente, y con motivo de numerosos eventos sociales celebrados en la región de Međimurje o fuera de ella: reuniones familiares, fiestas comunitarias o profesionales, ceremonias religiosas y representaciones artísticas. La mayoría de los habitantes de la región escuchan y aprenden “popevkas” a lo largo de toda su vida en múltiples ocasiones, y frecuentemente acuden o son invitados a tomar parte en su composición e interpretación, así como en representaciones. Hoy en día, hay unos cincuenta cantantes que dominan con maestría este arte y poseen la capacidad necesaria para transmitir los elementos clásicos del mismo, enriquecidos con sus propias expresiones personales. Las mujeres desempeñan con frecuencia la función de tutoras en la transmisión de esta práctica musical a las nuevas generaciones. Candidatura presentada por Croacia.




Mooba, danza del grupo étnico lenje de la Provincia Central de Zambia. Interpretada por hombres y mujeres, la danza denominada “mooba” existe desde la época precolonial y es la más importante del grupo étnico lenje, que vive en la Provincia Central de Zambia. También se practica esta danza en algunas partes de las provincias de Copperbelt y Lusaka. En algunas ocasiones, cuando la danza llega a su clímax, algunos de los bailarines principales entran en trance como poseídos por los espíritus ancestrales llamados “BaChooba” y, según se dice, a partir de ese momento son éstos últimos los que ritman la danza, el retumbo de los tambores y los cantos. Los danzarines, que visten con perlas de colores y una falda tradicional llamada “buyombo”, llevan sonajas atadas a las pantorrillas. Los bailarines principales llevan un bastón de carácter sagrado llamado “chimika” y un espantamoscas confeccionado con la cola de un animal. A la “mooba”, danza destinada al esparcimiento, se le atribuyen también propiedades curativas y se considera que forma parte integrante de la identidad espiritual de la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural se representa en eventos de la vida social abiertos a la participación de todos y atrae a un público muy numeroso por su carácter festivo. Casi todas las personas adultas de la comunidad lenje conocen y practican la “mooba” por ser la danza más importante de este grupo étnico; por su parte, los niños pueden asistir a las representaciones y aprenderla mediante la observación e imitación. Los lenje han organizado grupos que interpretan la “mooba” dondequiera que sean invitados, lo cual fomenta la promoción de esta expresión cultural y hace que trascienda mucho más allá de los límites de su comunidad. Candidatura presentada por Zambia.



Mwinoghe, danza de júbilo. Tres grupos étnicos del norte de Malawi –los sukwa, los ndali y los bandya– practican al son de instrumentos musicales la danza llamada “mwinoghe”, que en dialecto chisukwa quiere decir “divirtámonos”. Inspirada en un baile ritual denominado “indigala” del vecino distrito de Karonga, esta danza es relativamente reciente y se interpreta, como su nombre indica, para expresar sentimientos de felicidad y alegría. La danza no va acompañada de cantos y los bailarines danzan cara a cara alineados en dos filas –una de hombres y otra de mujeres–, cimbreando el cuerpo y ejecutando pasos muy complejos con arreglo a las indicaciones del maestro de baile y al son de tres tambores y un silbato. Personas de toda condición social se agrupan para tomar parte en esta danza que tiene lugar durante la celebración de eventos importantes de la vida social, y más concretamente en la conmemoración de las fiestas nacionales. Como la expresión de este elemento del patrimonio inmaterial suele ir acompañada de la ejecución de danzas tradicionales de otras culturas, su papel de unificador de las distintas comunidades es tanto más importante cuanto que contribuye a la exaltación en común de su diversidad cultural. Aunque los conocimientos y prácticas sobre este elemento se transmiten principalmente mediante la observación y participación de los jóvenes en las representaciones, también se han integrado en los programas de enseñanza primaria, media y superior. Además de su presencia importante en las celebraciones anuales de la independencia del país, esta danza la interpretan grupos comunitarios de bailarines en festivales periódicos y con motivo de eventos de muy diversa índole. Candidatura presentada por Malawi.




Nacimientos navideños tradicionales (szopka) de Cracovia. La instalación de “szopkas” es una práctica social característica de Cracovia, que tiene su origen en la típica tradición ancestral de montar nacimientos o pesebres en la época de Navidad. Las “szopkas” son maquetas livianas que reproducen belenes navideños rodeados por casas y monumentos cracovianos. Algunas de ellas cuentan además con figuritas representativas de eventos socioculturales, ya sean históricos o contemporáneos. El primer jueves de diciembre de cada año, los creadores de “szopkas” se congregan en la plaza mayor de la ciudad para presentar sus obras. Esta práctica cultural cumple una importante función educativa de transmisión de conocimientos acerca de la historia, la arquitectura y las costumbres de la ciudad. Candidatura presentada por Polonia.

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