El 26 de octubre de 1710 nació en Tabuenca el P. Fray Pedro Aznar Sanjuán. Era el quinto hijo del matrimonio
formado por D. Felipe Aznar Martínez y Dª María Rosa Sanjuán. Siendo muy joven
profesó en el convento de agustinos de Borja, del que llegó a ser prior, cargo
que desempeñaba en 1752, cuando falleció su madre. No conocemos otros datos de
su biografía, ni tan siquiera el nombre que adoptó en la orden.
El 26 de octubre de 1936
fue asesinado en Caspe D. Emilio Godina
Marches. Era natural de Maella y cursó la carrera eclesiástica en el
seminario menor de Belchite y el Seminario Concilias de Zaragoza, siendo
ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1927. Desempeñó su ministerio pastoral
en Calamocha (1928-1929) como coadjutor; en Arándiga (1932) como encargado; y
en la parroquia de San Pablo de Zaragoza (1932) de donde fue enviado como
regente a Trasobares, razón por la cual lo recordamos. En esta localidad estuvo
desde el 19 de octubre de 1933 al 1 de octubre de 1935. De allí marchó, como
regente, a las parroquias de Azaila y Almochuel, siendo destinado a Fabara el 8
de mayo de 1936.
En esta última
localidad le sorprendió el inicio de la guerra civil y la llegada de las
columnas de milicianos llegadas de Cataluña. El 27 de julio prendieron fuego a
la iglesia parroquial y fusilaron a algunas personas. Pudo esconderse en una
masía, junto con D. José Lizano, coadjutor de Caspe, y un hermano de éste. Sus
familiares intentaron salvarles con pasaportes y carnés de la CNT, pero el
Comité de Maella tuvo conocimiento de lo que se preparaba e inició su búsqueda.
Apresado el 23 de septiembre de 1936 fue llevado atado con cadenas a Maella y
posteriormente a Caspe. Allí estuvo detenido durante más de un mes, siendo
sometido a todo tipo de torturas y vejaciones, entre ellas el simulacro de
fusilamiento en varias ocasiones. Finalmente, en una fecha no determinada
aunque establecida entre el 26 y el 28 de octubre, fue fusilado en las tapias
del cementerio de Caspe, junto con el otro sacerdote y un joven de Acción
Católica. Su cuerpo fue arrojado a una gran fosa común en la que sepultaban a
los fusilados, sin que su cadáver pudiera ser identificado posteriormente.
El 11 de septiembre de
2001, el arzobispo de Zaragoza D. Elías Yanes inició la causa de canonización,
junto con la de otros 111 mártires. Tras obtener el placet de la Santa Sede el
21 de mayo de 2006, el arzobispo D. Manuel Ureña publicó el decreto de
introducción de la causa que, finalizados los trabajos en fase diocesana, fue
remitida a Roma en febrero de 2008, donde está a la espera de su resolución
definitiva.
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