lunes, 5 de octubre de 2020

Una bella historia de amor

 

         Las guerras constituyen siempre un tragedia para quienes tienen la desgracia de verse inmerso en ellas, pero junto al dolor y el sufrimiento también florece el amor, incluso entre quienes pertenecen a los distintos bandos enfrentados.

         Una de esas historias en las que el amor supera las barreras trazadas por los hombres surgió en Mallén durante la Guerra de la Independencia. La dio a conocer D. Guillermo Carranza Alcalde en el nº 3 de Cuadernos de Belsinon que estaba dedicado a “La Guerra de la Independencia en Mallén”.


         Los protagonistas fueron María de los Ángeles de Navas, hija de una de las más importantes familias de la villa, que era conocida como “Mariquita” Navas, y el oficial francés Antoine-Louis Eugène Weyler, que había llegado a Mallén en 1809 como comandante habilitado de la 4ª compañía del 11º batallón del tren de aprovisionamiento del Tercer Cuerpo del Ejército Imperial.

         A pesar de la oposición del padre de la muchacha, contrajeron matrimonio en esa localidad el 25 de marzo de 1810 y, en los últimos meses de la guerra, marchó con su marido a Francia.


         En el tercer volumen de nuestro Diccionario Biográfico incluimos al citado Antoine-Louis Eugènde de Weyler, del que ya habíamos ofrecido una síntesis de su trayectoria en el Cuaderno anteriormente mencionado.

         Ahora, D. Tomás Espeleta nos ha remitido los datos recibidos de un descendiente del matrimonio, entre los que incluye la fotografía de los dos protagonistas.

         Hemos de recordar que Eugène Weyler había nacido en París el 19 de marzo de 1787 y llegó a España como Teniente de Caballería. De regreso a Francia siguió una brillante carrera, más allá del I Imperio, pues fue Guardia de Corps de Luis XVIII y, posteriormente, Sub-intendente de la Casa Militar de Carlos X, donde le tocó vivir los difíciles momentos de su abdicación y del cambio de régimen. Destacó por su honradez y su fidelidad al monarca, al que acompañó hasta Cherbourg, camino del exilio, donde el rey le ordenó proceder al licenciamiento de las tropas leales.


         En 1814, solicitó autorización para unir al apellido Weyler el de Navas, un caso realmente llamativo y fue creado “barón de Weyler de Navas”.

         Las armas adoptadas son descritas como: “D'azur au drapeau d'argent accosté de deux étoiles du même planté sur le couronnement d'un pavillon en forme de dôme d'argent au chef d'or chargé d'une étoile de gueules”, es decir, “de azur con bandera de plata sobre un pabellón en forma de cúpula y dos estrellas del mismo metal. En jefe de oro, cargado con una estrella de gules”.


         Falleció en París el 2 de junio de 1850 y el 18 de diciembre de ese mismo año murió su esposa, siendo enterrados ambos en el cementerio Père-Lachaise de la capital francesa, donde reposan personalidades muy conocidas, tanto francesas como de  otros países. Entre las primeras, por citar sólo algunos ejemplos, allí están las sepulturas de los escritores Molière, Balzac y Apollinaire, así como la de Champollión, el descubridor de la escritura jerogífica.

         Pero también se encuentran las tumbas de Chopin, Óscar Wilde, Miguel Ángel Asturias y María Callas. Entre los españoles debemos destacar a Manuel Godoy, el Príncipe de la Paz, y del que fuera Presidente del Gobierno durante la II República, D. Juan Negrín.

         Se da la circunstancia de que, procedente del archivo de la familia Zapata, se conservan en nuestro Centro un conjunto de cartas intercambiadas por Eugène Weyler y Mariquita Navas con su familia de Mallén en torno al dilatado contencioso relativo a la dote de la joven, que comentaremos en otro artículo.





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