martes, 3 de octubre de 2017

Intentos para eliminar a Juan de Coloma del callejero de Barcelona


         En el barrio de Gràcia de Barcelona existe una calle que lleva el nombre de “Secretari Coloma”, bajo cuya denominación se indica “Borja 1442-1515”, lo que no es correcto dado que, si bien nació en nuestra ciudad hacia 1442 (no conocemos la fecha exacta), murió en Zaragoza el 14 de agosto de 1517. También se aclara que fue “Secretari de Joan II”, lo que siendo correcto, es incompleto pues también lo fue de Fernando II.





         En dicha calle existe un Instituto de Educación Secundaria que, asimismo, lleva el nombre de “Secretari Coloma”, como lo llevaba una clínica privada inaugurada en 2006, aunque ahora se le conoce con el de Hestia Gracia.
         Pues bien, como informaba la prestigiosa publicación L’independent de Gràcia no hace mucho tiempo, la “Comissió de Nomenclàtor de Gràcia”, “uno de los espacios de participación pioneros del distrito” ha puesto en marcha los trámites para conseguir una vieja reivindicación ciudadana, la de eliminar del callejero el nombre de Coloma (también el de Ramiro de Maeztu), así como de la denominación del Instituto. Para ello contaban con un informe del Grup d’Estudis del Coll, sobre la personalidad de Coloma “favorecedor del Tribunal de la Inquisición y partidario de la expulsión de los judíos”.
         Como decimos esta cuestión se ha venido planteando en los últimos años con insistencia, a partir de la sesgada visión que está ofreciendo el revisionismo histórico imperante en esa comunidad autónoma española.
         Porque, si bien no conocemos el texto del informe al que hemos hecho referencia, el 15 de agosto de 2012, un periódico como El País que constituye un referente para muchas personas, insertaba un artículo firmado por Xavier Theros con el título “Escenarios del crimen. El señor inquisidor”, con el subtítulo de “El secretario Coloma fue el introductor de la inquisición española en Cataluña”, plagado de errores y auténticos dislates. Concretamente afirmaba que Coloma era “de padre ampurdanés”, “que fue barón de Alfajarín y Valencia, conde de Salinas, señor de Elda y Petrer y virrey de Cerdeña”. Ahí queda eso. Nuestro Coloma convertido en conde (no lo fue) y en virrey de Cerdeña, uniendo sus méritos a los de sus descendientes. Pero el Sr. Theros que además de escritor y articulista de El País, es dramaturgo, poeta y actor, afirma que “era el notario mayor de Fernando II” y “secretario del Santo Oficio”, siendo considerado “con justicia el introductor de la Inquisición española en Cataluña”. Ni fue notario mayor del rey, sino Secretario de Fernando el Católico y Protonotario de la reina, ni ocupó cargo alguno en lo que llama Santo Oficio.
         En el artículo se señala también que “la esposa de Joan de Coloma era judía conversa”. Nos imaginamos que se refiere a su segunda esposa María Pérez de Calvillo que no lo era, sino que tenía remota ascendencia con la familia judía de los Caballería., considerándose ella miembro de la destacada familia de los Pérez de Calvillo, procedentes de Mallén, siendo su padre señor de Malón, señorío que heredó ella.

         Cambiar los nombres de las calles y de los institutos es una práctica habitual (allí y en lugares más próximos), pero para ello no es preciso recurrir a argumentos falaces, se hace “porque sí y punto”, como diría un clásico en estas materias. Por cierto el nombre que proponen para el instituto es el del gran cómico Pepe Rubianes, entre otras opciones. Por lo que respecta al “carrer”, la cuestión se ha complicado dado que el nombre sugerido era el de Pau Alzina, primer diputado obrero, fusilado posteriormente, dado que Àngels Tomàs, representante de Barcelona En Comú en la comisión del Nomenclator descartó proponerlo, afirmando que “No l’hem proposat per superar aquest debat”.

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