miércoles, 4 de octubre de 2017

Efemérides del 4 de octubre


El 4 de octubre de 1548 fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja D. Jaime de Moncayo Ximénez. Era hijo de D. Pedro de Moncayo, natural de Ainzón que se había establecido en nuestra ciudad, tras contraer matrimonio con Dª. María Ximénez. Jaime fue el segundo de sus hijos y, tras cursar los estudios eclesiásticos, se graduó como Doctor en Teología. Canónigo de la colegiata de Santa María, ocupó la prestigiosa plaza de Canónigo Doctoral con 28 años de edad, siendo elegido Prior en 1581, cargo que desempeñó hasta 1604. El 19 de noviembre de 1605 tomó posesión de una plaza de canónigo de la Iglesia Metropolitana de Zaragoza, para la que había sido nombrado por Felipe III, cuando el cabildo pasó a ser secular. El 27 de enero de 1621, estando próximo su fallecimiento, donó toda su hacienda, valorada en 120.000 sueldos jaqueses para que la Orden de Predicadores pudiera fundar un convento en Borja.  De ello se encargaron sus dos albaceas testamentarios, aunque uno de ellos falleció sin lograrlo, dadas las enormes dificultades a las que tuvieron que hacer frente por la oposición del cabildo colegial.




Finalmente, los dominicos llegaron a Borja, construyendo el convento y el templo, dedicado a San Pedro Mártir que aún subsiste. A finales del siglo XIX, el Ayuntamiento de Borja decidió honrar la memoria de este ilustre eclesiástico borjano, dedicándole la calle contigua que había sido abierta poco antes.



El 4 de octubre de 1672 nació en Ambel fray Francisco Salvador Gilaberte. Tras cursar Humanidades, estudió Filosofíaa en el colegio de la Compañía de Jesús de Calatayud, siendo uno de los alumnos más distinguidos. Muy pronto sintió la llamada de Dios y marchó a Huesca para ingresar en el convento que la Orden de la Merced tenía en aquella ciudad. Tomó el hábito el 17 de octubre de 1688, con 16 años recién cumplidos. Teniendo en cuenta su preparación, fue dispensado de volver a repetir los estudios de Filosofía y fue enviado al Real Colegio de San Lázaro de Zaragoza, comenzando a dar clases con 19 años. En 1695 fue nombrado Catedrático de Artes de la universidad de Zaragoza, donde impartió tres cursos, mientras se doctoraba en Teología, materia de la que también fue profesor. A los 32 años era Maestro de su provincia de Aragón; luego fue Examinador Sinodal de varias diócesis y, tras desempeñar el cargo de superior en varios conventos, en 1718 fue designado Definidor General y, en 1730, Provincial de Aragón, hasta que el 31 de mayo de 1732 fue elegido General de la Orden de la Merced, al frente de la cual realizó una gran labor. Nombrado Obispo de Almería, renunció para no tener que abandonar el convento de Zaragoza, al que se había retirado tras cesar como General, y allí murió el 18 de febrero de 1752. A sus exequias concurrió la universidad en corporación y numerosas personas.



El 4 de octubre de 1928 nació en Borja D. Francisco Domínguez Pablo, en el seno de una familia humilde. Agricultor de profesión y de raza, como solía resaltar, su afición por la Cultura le llevó a completar, de una manera completamente autodidacta, la formación adquirida en la Escuela Pública, hasta convertirse en uno de los personajes más singulares de su generación. En su preparación intelectual ejerció una gran influencia la labor que se desarrollaba en la Casa del Congregante, sede la Congregación Mariana, creada bajo el impulso de D. José María Pereda, el popular “mosén Pepe”, que fue el crisol de varias generaciones borjanas. Allí surgió su vocación periodística que sería determinante en su vida, comenzando a colaborar en el semanario Lauro, heredero en cierta medida de Ecos del Moncayo, aunque con una orientación fundamentalmente confesional. Cuando se creó Radio Moncayo, en su primera etapa, entró a formar parte del grupo de colaboradores, pero su recuerdo permanece unido a su labor como corresponsal de Heraldo de Aragón, que inició en 1967, siendo el creador de la página “Borja Semanal”, desde la que siguió con atención el proceso de transformación que se iniciaba en su ciudad natal. Estuvo al frente de la Biblioteca Pública que convirtió en su “centro de operaciones” y donde redactaba sus crónicas periodísticas. Colaborador del Centro de Estudios Borjanos, desde su fundación, impulsó las Exposiciones de Arte y Recursos Etnológicos Comarcales y otras iniciativas. Tras la creación del Colegio Libre Adoptado comenzó a trabajar como conserje y allí decidió iniciar los estudios de Bachillerato que culminó con brillantez.          Al iniciarse el proceso de transformación del colegio en instituto y ya con el título de bachiller, decidió optar a la plaza de encargado de la Secretaría. Las oposiciones habían sido convocadas en Pamplona y hasta esa ciudad se desplazó, en compañía de un buen amigo borjano; pero, tuvieron la desgracia de sufrir un trágico accidente que les provocó gravísimas lesiones, como consecuencia de las cuales falleció el 14 de mayo de 1975. El pasado año, el Centro de Estudios Borjanos le rindió homenaje publicando un libro con la recopilación de alguno de sus artículos.



El 4 de mayo de  1997 falleció al ser atropellado, cuando regresaba de las fiestas de Albeta, Juan José Sola Paños, un popular personaje conocido con el sobrenombre de “Basora”. Fue un hombre entrañable, cuya presencia formaba parte del paisaje urbano de nuestra ciudad y elemento imprescindible en todas las fiestas y celebraciones. Su recuerdo se hubiera difuminado en el tiempo, pero su extraordinaria habilidad en la interpretación musical con el “cascañete”, hizo que fuera incluido en la obra La tradición oral en el Moncayo Aragonés, de Luis Miguel Bajén y Mario Gros. Construido con una simple caña, al ser percutido con la palma de la mano produce un sonido peculiar que en manos de “Basora” alcanzaba los más altos niveles de perfección, interpretando melodías muy conocidas.

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