El 2 de octubre de 1438
el rey Alfonso V, mediante un privilegio otorgado “en nuestro afortunado
campamento contra Nápoles” concedió a Borja el título de ciudad, “en atención
los muchos servicios prestados y empleados, y digno de memoria, a nuestros
serenísimos predecesores y a Nos y a nuestra Real Casa, en muchos lugares y
diversos tiempos, tanto en paz como en guerra”. En el documento se hace mención
expresa a la petición formulada en este sentido por Juan de Trasobares, síndico
y procurador de Borja ante el rey. Asimismo, promete realizar las gestiones
precisas ante el Sumo Pontífice o ante el “Sacrosanto Concilio de Basilea” para
que en la nueva ciudad hubiera una Seo o iglesia catedral, presidida por un
obispo”, lo que como es bien sabido no pudo conseguir por la oposición del de
Tarazona.
El Ayuntamiento de
Borja editó un tríptico con la transcripción del citado privilegio, realizada
por el historiador D. Raúl Rivarés Custardoy, que reproducimos para general conocimiento.
El 2
de octubre de 1610 fue bautizado en la parroquia de Santa María de Borja D. Juan Antonio Fernández Sarasa y Pedroso.
Era hijo de D. Diego Fernández Sarasa de
Dª. Mariana Pedroso. Cursó los estudios de Derecho y es conocido por ser el
autor de la introducción a las Ordinaciones de Borja, impresas en 1648.
Recientemente, Dª. Remedios Moralejo localizó este escrito, como edición independiente,
dando a conocer su descubrimiento en Cuadernos
de Estudios Borjanos LX.
El 2
de octubre de 1907 nació en Valencia D.
José Caruana Gómez de Barreda. Cursó la carrera militar y siendo teniente
del regimiento de Cazadores de Victoria Eugenia nº 8 de Caballería, contrajo
matrimonio con Dª. Ethelvina Velázquez Stuyck, IX marquesa de Villamayor de
Santiago. Fue un destacado jinete y dirigió la Escuela de Aplicación de
Caballería y Equitación del Ejército. Tras una brillante trayectoria se retiró
con el empleo de General de Brigada. IX barón de San Petrillo, era Caballero de
Honor y Devoción de la S.O.M. de Malta y miembro de la Real Maestranza de Ronda.
Fueron frecuentes sus visitas a Ambel, en compañía de su esposa, heredera de la
casa familiar que había reformado su padre D. José Velázquez Lambel, VII
marqués de Villamayor de Santiago y benefactor de esa villa. Falleció en Madrid el 20 de julio de 1985.
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