El 28 de noviembre de 1714
nació en Borja D. Antonio María de
Herrero y Rubira. Era hijo de corregidor de esta ciudad D. José Miguel Herrero
y de Dª. Catalina Rubira, ambos naturales de la villa de Calanda. El padre
había tomado posesión del cargo el 15 de septiembre de 1712 y cesó el 20 de
abril de 1716. En los cuatro años que estuvo al frente del corregimiento
nacieron en Borja sus hijos Antonio María y Luis, que llegaron a destacar en
distintos campos del saber.
Antonio fue enviado a
Huesca, bajo la tutela de su tío Luis Rubira, canónigo de esa catedral, para
estudiar Filosofía y Teología, porque pensaron orientarlo hacia la carrera
eclesiástica. Marchó después a Toulouse y, durante un curso académico completó
los estudios precisos para graduarse como Doctor. Su estancia en esa
universidad le permitió adquirir un perfecto conocimiento del francés y tomar
contacto con la Física experimental, materia que influyó en su obra posterior.
De regresó a Huesca,
optó a una cátedra, pero a pesar de la erudición de la que dio pruebas no la
consiguió. Se trasladó entonces a Madrid, bajo la protección de D. Salvador
José Mañer y comenzó a escribir sobre distintos asuntos, colaborando también en
algunas obras de su protector. Pero su inquietud le impulsó a reorientar su
vida, matriculándose en la universidad de Alcalá, donde cursó con gran
brillantez la carrera de Medicina. Nada más graduarse fue nombrado médico de
los hospitales de la Corte, en los que puso a prueba su preparación, llegando a
mantener polémicas con sus superiores que contribuyeron a acrecentar su
prestigio. Fue nombrado censor de todas las obras médicas que se publicaban y
la reina Isabel de Farnesio le distinguió al nombrarle médico de su casa.
Miembro de la Academia Médico Matritense, fue elegido Secretario Perpetuo.
Fue un hombre ilustrado
en el sentido pleno de la palabra. Autor de numerosas obras, ha pasado a la
historia por Physica moderna experimental
sistemática, publicada en 1738, que fue el primer tratado de Física
publicado en España. Su curiosidad le llevó a abordar otros muchos temas, desde
un tratado de Ortografía a un Diccionario
Universal Francés-Español. Destacó como publicista, siendo el creador del Mercurio Literario una publicación
periódica de divulgación científica. Otra obra suya la Gaceta Literaria de Madrid, daba noticia de los libros publicados
en España, con otras informaciones de interés. También tradujo otras obras como
Estado político de la Europa. Estaba
casado con Dª. Ana Medrano, natural de Mallén, quien al morir su esposo el 1 de
julio de 1767, se trasladó a esa localidad en la que falleció, quedado en su
casa muchas de las obras de su esposo y sus manuscritos, de los que se hizo
cargo el presbítero D. Agustín de Navas, perteneciente a otra ilustre familia
mallenera.
El 28 de noviembre de
1719 nació en Borja D. Ignacio Poyanos y
Lafarga. Era hijo de D. Antonio Poyanos y Zapater, perteneciente a una
distinguida familia de infanzones borjanos y de Dª. María La Farga y Estachod.
Cursó la carrera militar y en 1759 era Sargento Mayor del Regimiento de
Infantería de Granada, cuando fue admitido como caballero en la Orden de
Santiago, tras superar las preceptivas pruebas de nobleza. En 1770 mandó ese
regimiento con el empleo de Coronel. Llegó a ser Brigadier de los Reales
Ejércitos y murió en 1777, hallándose de guarnición en México.
Entre 1752 y 1754 había
colaborado en la red de inteligencia creada por el marqués de la Ensenada, con
hombres de su total confianza, realizando viajes por diversos países europeos,
para recabar información sobre minas y metales preciosos. Por otra parte, se
conserva una carta enviada en 1761 desde San Petersburgo, donde actuaba como
secretario del marqués de Almodóvar del Río, embajador ante la corte del Zar.
El 28 de noviembre de
1931 nació en Luceni D. Angel Andía Leza,
aunque se crió en Cabañas de Ebro, donde inició su formación. El Bachillerato
lo realizó en el Instituto Goya de Zaragoza y en el colegio de San Felipe.
Cursó estudios de Magisterio en la Escuela Normal, pero posteriormente se
matriculó en la Facultad de Medicina, donde se graduó como Practicante en
Medicina y Cirugía menor. Al terminar la carrera inició su trayectoria profesional
en Borau (Huesca) y, tras ingresar en el Cuerpo de Practicantes de Asistencia Pública
Domiciliaria fue destinado a Peñamellera (Asturias). Algún tiempo después
solicitó la excedencia voluntaria y fue contratado por la empresa Maquinaria y
Metalurgia Aragonesa, con sede en Utebo, a cuya plantilla perteneció durante 20
años. Reingresó en el cuerpo y tras desarrollar su labor en Muel, Mezalocha y
Morata, fue nombrado Practicante Titulas de Épila, donde ejerció durante 18
años, siendo también responsable del Asilo de Nuestra Señora de Rodanas y coordinador de Enfermería del
Centro de Salud. Gran aficionado al fútbol era practicante del club de esa
localidad y en su juventud había jugado como defensa en los equipos de Gallur y
Jaca.
Pero su recuerdo
permanece asociado al Colegio de Enfermería de Zaragoza, al que estuvo
vinculado muchos años. Fue Vocal de Asistencia Pública Domiciliaria, Secretario
en funciones y finalmente Vice-Presidente durante una larga etapa. Por otra
parte, fue uno de los primeros afiliados al SATSE, de cuya junta ejecutiva fue
vocal e intervino en la fundación del sindicato CEMSATSE.
En 2003, fue
distinguido con la Medalla de Oro al Mérito Profesional, a petición de sus
compañeros del Centro de Salud de Épila y en 2006 recibió la Insignia de Oro y
Diamantes del Colegio de Enfermería de Zaragoza y la Encomienda al Mérito
Colegial del Consejo General de Colegios de Enfermería de España. En 1999,
había sido creado en el Colegio de Zaragoza el Premio de Investigación
Enfermera “Don Ángel Andía Leza” y allí tiene dedicada la biblioteca. Falleció
en Épila, cuando disfrutaba de un merecido descanso el 31 de julio de 2006.
El 28 de mayo de 1948
el Ayuntamiento de Ainzón quiso reconocer el apoyo dispensado por D. Rafael González Gállego, desde su
puesto al frente de la Comisaría Central del Paro, tomando el acuerdo en sesión
extraordinaria celebrada ese día, bajo la presidencia del alcalde D. José María
Sanz Balaguer, de otorgarle el título de “Hijo Adoptivo de la villa”.
Nacido a comienzos de
siglo, había ingresado en el Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria como
Auxiliar de 2ª clase, siendo destinado en 1922 a la delegación de Sevilla, donde
en agosto de ese año ascendió a Auxiliar de 1ª clase. En 1935 se encontraba en
Madrid, donde por necesidades del servicio se le obligó a realizar horas
extraordinarias, con otros funcionarios, para ultimar con rapidez el Censo
Electoral Social, imprescindible para la convocatoria de elecciones a vocales
de los Jurados mixtos de Trabajo. Al comienzo de la guerra civil se encontraba destinado
en Sevilla y el 14 de agosto de 1937, el Subsecretario de Trabajo y Asistencia
Social del Gobierno de la República en Valencia ordenó su separación definitiva
del servicio, cuando ya era Jefe de Negociado de 3ª clase. Tras el
correspondiente expediente de depuración el 10 de mayo de 1939 fue readmitido,
sin imposición de sanción, con esa misma categoría, continuando en esa capital
andaluza. Por un Decreto de la Jefatura del Estado de 27 de julio de 1943 fue
ascendido a Jefe Superior de la Administración civil. Era, por entonces,
Subdirector General de Trabajo y vocal de Junta Central de Libertad Vigilada,
siéndole concedida el 23 de septiembre de 1944 la Medalla de Oro del Mérito
Social Penitenciario. El 28 de mayo de 1945 fue nombrado Comisario Nacional del
Paro y en 1947 entró a formar parte de la Junta Rectora de la Escuela Nacional
Sindicalista de Capacitación Social de Trabajadores. El 18 de abril de ese año
fue cesado en el cargo de Secretario General de la Dirección General de
Trabajo, por desempeñar puesto de superior categoría y, en 1948 el ministro de
Trabajo José Antonio Girón de Velasco lo nombró vocal del Servicio de Mutualidades
y Montepíos Laborales, siendo cesado al año siguiente “por necesidades del
servicio”. El 23 de diciembre cesaba también como Comisario Nacional del Paro,
por un Decreto de la Jefatura del Estado. Continuó destinado en los Servicios
Centrales del Ministerio, hasta que en septiembre de 1958 se le concedió la
excedencia voluntaria “por razones particulares”, sin que hayamos podido
encontrar referencias posteriores sobre su trayectoria. Hasta ese momento, la
distinción otorgada por el Ayuntamiento de Ainzón no había sido la única, pues
también le concedió el título de “Hijo Adoptivo” el de Betanzos y su nombre
figuraba en escuelas y grupos de viviendas.
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