Si
ayer hablamos de la ciudad de Cuéllar, hoy queremos centrarnos en la propia
exposición que nos ha inducido a su visita. Una nueva edición de “Las Edades
del Hombre” que ha sido instalada en tres de los veinte templos, parroquias,
ermitas y conventos que llegó a tener la población.
El lema
escogido “Reconciliare” no es casual, dado que como se explica en el magnífico
catálogo de la muestra, imprescindible para su comprensión y consulta
posterior, cuando se restauraron los sepulcros existentes en la cabecera del
antiguo templo de San Esteban, en el de Dª. Isabel de Zuazo, señora de Cuéllar
y esposa del regidor D. Martín López de Córdoba, apareció un paquete de 48
bulas de indulgencias, fechadas entre 1484 y 1535. Fue un descubrimiento
sumamente interesante que, al mismo tiempo contextualizaba el deseo de todo ser
humano de implorar a Dios el perdón de sus pecados y la remisión de la pena de
ellos derivaba.
“Reconciliar”
es también un término de permanente actualidad en un mundo azotado por
numerosos problemas como las guerras, el terrorismo, el hambre, la emigración y
otros muchos que, en definitiva, constituyen la expresión del Mal, frente al
que se alza el Amor de Dios a los hombres.
El
discurso de la exposición, en la que como es habitual, se ofrece una síntesis
entre Cultura y Fe, se desarrolla a través de un prólogo y cuatro capítulos,
distribuidos en las tres sedes escogidas por los arquitectos responsables del
montaje David Marcos, Jesús I. San José y Juan José Fernández quienes, en el
catálogo, ofrecen un interesante artículo sobre “¿Cómo se hace una exposición?”.
El
recorrido se inicia en la iglesia de San Andrés con una presentación audiovisual
y los dos primeros capítulos. El dedicado a los tiempos primordiales, con la
epopeya de Adán y Eva en el Paraíso, el primer pecado y la expulsión, seguida
por otros ejemplos de maldad como la muerte de Abel, y los castigos del Diluvio
o la confusión de Babel.
El
segundo capítulo presenta la historia de Israel como ejemplo de la permanente
debilidad humana y la constante propuesta de reconciliación divina.
La
segunda sede está en la iglesia de San Martín, un templo desamortizado en el
que tuvo lugar la boda de Pedro I el Cruel con Dª. Juana de Castro, en 1354.
Actualmente es propiedad municipal y tras un abandono de muchos años, fue
restaurada para acoger el Centro de Interpretación del Mudéjar.
En
ella se ha dispuesto la tercera área temática centrada en el hecho de que Dios
sigue ofreciendo a todos la reconciliación por medio de Jesucristo. Ejemplos
como el de la adúltera del Evangelio o el de San Pablo convertido de
perseguidor en Apóstol, están presididos por la imagen de Cristo Crucificado.
El Buen Pastor o la historia del hijo pródigo constituyen dos elocuentes
testimonios del sentido del perdón, de la reconciliación en definitiva.
La
iglesia de San Esteban es la tercera sede. Como las anteriores tiene la
consideración de Bien de Interés Cultural y ha sido completamente rehabilitada.
Como hemos señalado en uno de los sepulcros de su cabecera aparecieron las
citadas bulas papales de indulgencia y en su entorno ha sido excavada una
necrópolis asociada al templo.
En
ella el discurso expositivo se centra en el papel de la Iglesia en el
ministerio de la Reconciliación, un Sacramento instituido por Cristo. Ejemplos
de Santos penitentes ilustran el recorrido que tiene presente a la muerte, a través
de las tumbas del propio templo y el bello sepulcro de un caballero del linaje
de los Rojas, procedente del Museo del Retablo de Burgos.
Cuellar
conserva un impresionante conjunto de templos cuyos campanarios constituyen uno
de los elementos característicos del perfil urbano. Uno de ellos es la antigua
iglesia parroquial de San Pedro, cuyo origen se remonta al siglo XI, aunque fue
reformado en el XVI, etapa a la que corresponden las armas del II duque de
Alburquerque situadas en el espectacular ábside. Desamortizado en el siglo XIX,
ahora alberga un restaurante y cafetería.
La
iglesia del antiguo hospital de Santa María Magdalena que también visitamos
acoge al Centro de Interpretación de la Judería, aunque conserva buena parte de
su exorno artístico.
La
iglesia de San Miguel es una de las que acogen los cultos de la parroquia de
Cuéllar. Conserva el atrio del primitivo templo románico, pero el conjunto ha
sido objeto de numerosas reformas y en su interior pueden admirarse obras
artísticas de singular interés, como el retablo mayor barroco, con San Miguel
en el ático y la imagen de Ntra. Sra. del Rosario en la calle central,
atribuida a Pedro de Bolduque. La Virgen del Rosario es la patrona de la ciudad.
Es
imposible dejar constancia de todo el Patrimonio Cultural de Cuéllar, en el que
destaca un estilo arquitectónico peculiar, el de sus ábsides románicos
realizados en ladrillo, de gran belleza, presente tanto en los templos a los
que hemos aludido como en restos de otros como el que puede verse desde las
murallas reconstruidas.
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