Pedro Domínguez Barrios
nos ha remitido imágenes, datos y esquemas de un antiguo tejar que existió en
Alberite de San Juan y del que se conservan restos importantes. Estaba situado
en la parte sur del casco urbano, en el límite de éste, donde se encuentran el
camino de la Tajada con la calle Moncayo, dentro de una propiedad privada que
afortunadamente está en buenas manos.
El horno, que es la
parte esencial del tejar, responde a las características típicas de los
existentes en la zona, aunque con algunas peculiaridades. Estos hornos
destinados a cocer ladrillo, teja, y yeso, son más sencillos que los de
cerámica doméstica (alfar). Su planta es cuadrangular, con sección y alzado
rectos, y están formados por dos cámaras superpuestas: la inferior o de
combustión, y sobre ella la de cocción. A diferencia de los de alfar, carecen
de cubierta, ya que son a tiro abierto, y para facilitar el trabajo y el acceso
cómodo a las dos cámaras se ubican en ladera, para poder penetrar sin
dificultad a los distintos niveles.
Los muros son de un
espesor considerable, y el suelo que separa las cámaras está dotado de
orificios por los que pasa el fuego llamados en otras zonas “botafuegos”.
Además del horno, el
tejar precisa de otras estancias de trabajo, como el taller obrador, una era
para secado al sol de las piezas, cobertizo de protección, etc. También de una
corriente de agua muy próxima o un pozo.
La primera peculiaridad
que presenta este horno de Alberite, es que se ubica en terreno llano, con la
cámara de cocción a ras del terreno, quedando la de combustión subterránea, con
acceso por una escalera.
Ésta es de planta
rectangular de reducidas dimensiones y altura, su techo que es el suelo de la
cámara de cocción está soportado por cinco arcos a modo de arcos diafragma, y
conformado por un tablero de ladrillo de canto, a modo de celosía, alternando
hilada de ladrillo con hilada hueca, quedando así casi el 50% de su superficie
para el paso del fuego.
La planta de la cámara
de cocción es sensiblemente rectangular, y sus muros perimetrales de perfil
ataludado, exteriormente de canto rodado del Huecha, con su coronación de
adobes. Los accesos a las cámaras están en sus lados opuestos, y a distinto
nivel, los cuales se tabicaban con adobe mientras estaba el horno en
funcionamiento.
Desconocemos la
datación y usuarios de este tejar, únicamente que fue utilizado por Bienvenido
Sagarra, tejero de Magallón, cuando se le daño su horno de Magallón.
Existió en Alberite
otro horno al parecer de este tipo, situado al pie del monte del Quez, del que
solo queda parte de uno de sus muros.
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