jueves, 7 de noviembre de 2019

Fernando el Católico, Borja y Emilio Alfaro Lapuerta


         D. Manuel Giménez Aperte nos ha donado un cuadernillo con la recopilación de ocho artículos de D. Emilio Alfaro Lapuerta con el título genérico de “La verdad sobre Fernando el Católico” en los que se transcribe la conferencia que sobre esa cuestión pronunció en el Ateneo de Zaragoza. No consta la fecha en la que fueron publicados ni el medio de comunicación en el que aparecieron, aunque por la tipografía utilizada pudiera ser El Noticiero. Están encuadernados con cartulina proceden de un encarte de propaganda médica, por lo que es probable que fueran reunidos por su hijo D. Emilio Alfaro Gracia, médico de profesión.




         D. Emilio, como era conocido aquí, había nacido en Borja el 16 de febrero de 1903. Profesó un especial cariño a su ciudad natal a la que siempre favoreció dentro del límite de sus posibilidades. Por ello le fue concedido el honorífico título de “Cronista Oficial” que él, periodista de vocación recibió con orgullo.

         Su otra gran pasión fue la reivindicación de la figura de Fernando el Católico y en el primero de los artículos de esa serie que comentamos enlaza sus dos amores, Borja y el Rey Católico.



         Nos ha hecho ilusión esta donación, dado que viene a sumarse a otras obras suya que conservamos en nuestra biblioteca, como El espíritu aragonés y Don Fernando el Católico que recoge la conferencia que pronunció en el Ateneo de Madrid el 13 de marzo de 1952.


         O Fernando el Católico y la Hispanidad que, con motivo del V Centenario del nacimiento del rey, editó el Instituto Cultural Hispánico de Aragón, una entidad de cuya Junta Rectora formaba parte D. Emilio y cuya actuación fue decisiva para la recuperación de la casa natal del monarca en Sos del Rey Católico, razón por la que le fue dedicada una calle en esa villa, algo que no ocurrió aquí.




         Entre otras obras relacionadas con él no queremos dejar de citar la Biografía entrañable de Emilio Alfaro Lapuerta que, con ocasión de su fallecimiento el 27 de enero de 1957, quince días antes de cumplir los 54 años, publicó “La Cadiera”. Esa entrañable semblanza la firmaba D. Ramón Lacadena Brualla, marqués de la Cadena, y compañero de Alfaro en muchas empresas. En ella relataba algunas anécdotas curiosas como la petición que le formuló D. Emilio, en 1924, para que escribiera un entremés baturro que pudiera ser estrenado en Borja, con ocasión de la Feria de Septiembre, por la compañía de aficionados locales que dirigía su hermana. No pudo negarse el marqués de la Cadena y, con la ayuda de Alfaro, concluyó el entremés que “no estaba mal”. Con la obrita en la mano vinieron a Borja y cuando se la entregaron a la hermana de D. Emilio para que la estrenara al día siguiente, “su hermana, que era una gran actriz aficionada, no tiró a Emilio por la ventana y a mí de paso por hacerle eco”, por pura casualidad. Lógicamente, la obra quedó inédita.
         El marqués de la Cadena recordaba que la “aventura” le sirvió “para pasar día y medio en Borja, en casa de una familia adorable”. Decidieron regresar a bordo del Escachamatas que salía a la una y cuarto, pero D. Emilio era un hombre tranquilo y se pusieron a comer a la una menos diez. Afortunadamente, el Diputado a Cortes D. Mariano Tejero que también iba a viajar en el mismo tren, enterado de lo que ocurría, consiguió detener el impulso del Jefe de Estación de “hacer sonar el pito y decir la desaparecida arenga de: Señores viajeros al tren”. El convoy salió al fin con retraso, pero eran otros tiempos y la puntualidad nunca fue una característica de nuestro legendario ferrocarril.

No hay comentarios:

Publicar un comentario