viernes, 22 de noviembre de 2019

El Patrimonio Cultural Inmaterial de Agón I


         Como anunciábamos hace algunos días, iniciamos hoy la serie de artículos dedicados al Patrimonio Cultural Inmaterial de las localidades de nuestra zona, una tarea no exenta de dificultades, que intentaremos llevar a cabo con los datos disponibles, esperando completarlos, con las aportaciones de nuestros lectores, hasta lograr completar el inventario de todo ese conjunto de tradiciones que conforman la identidad colectiva de los diferentes municipios.
         Comenzamos, siguiendo el orden alfabético con Agón, para lo que disponemos de dos documentos de gran valor. El primero de ellos es el Lucero o consueta de la parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles del pueblo de Agón. Descripción de las costumbres religiosas que se practican en dicha parroquia, el cual fue redactado, en 1878, por el párroco D. Antonio Castán y que ha sido localizado por el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández en el archivo diocesano.

         Teniendo en cuenta que la mayor parte de las tradiciones giran en torno al año litúrgico, este libro escrito, a manera de recordatorio, para uso de los diferentes párrocos, resulta de enorme valor ya que refleja todos los actos que se celebraban en la citada parroquia.
 



         Como se señala en el prólogo de esa obra dedicada a la Virgen, el Lucero o Consueta es de obligada consulta para conocer esas tradiciones y se estructura en tres partes. La primera está dedicada a las prácticas habituales; en la segunda se reseñan las relacionadas con las festividades que se celebraban con especial solemnidad en Agón y la tercera guarda relación con la administración de los Sacramentos. D. Antonio Castán había tomado posesión de la parroquia el 11 de noviembre de 1846, por lo que la visión que ofrece es la correspondiente a la segunda mitad del siglo XIX.



         El otro documento es el Libro de la hermandad de San Antonio Abad, cuya transcripción acabamos de publicar y que es especialmente ilustrativo de las tradiciones vinculadas a la fiesta de este Santo, de especial importancia en la localidad.



         En la parte primera de la Consueta se ofrecen datos sobre la celebración de la Misa parroquial, el rezo del Santo Rosario (que tenía lugar todos los días), el Rosario General en determinadas fiestas, el Rosario de la Aurora que hubo que interrumpir “por causas muy desagradables” que no se especifican, la Salve Regina que se cantaba los sábados y vísperas de fiestas, y la procesión de la Virgen del Rosario que tenía lugar todos los primeros domingos de cada mes, llevando el párroco en sus manos la “pequeña imagen que hay en el altar mayor” y que daba la vuelta “alrededor del olmo que hay frente a la puerta de la iglesia”.



         La referencia al olmo es constante en muchas de las procesiones de Agón, aunque el árbol desapareció hace tiempo y en la plaza, aunque a cierta distancia de la iglesia se alza ahora un olivo centenario, trasplantado a ese lugar.
         Antes de referirnos, en otro artículo, a las tradiciones más importantes queremos señalar las fiestas a las que se alude en la consueta que son las siguientes:
         Día de la Purísima Concepción, que se celebraba con tercia, Misa solemne y Rosario General, comenzando ese día la novena en honor de la Virgen.
         Día de Navidad en el que se colocaba, bajo dosel, una imagen del Niño que guardaba en su casa Dª. Juana Sarría y anteriormente en “el palacio del señor temporal”.
         Día de Reyes en el que se daba a adorar la imagen del Niño, antes de ser retirada.
         Día de San Antonio Abad, a cuyos actos nos referiremos en el próximo artículo.
         Día de la Purificación de Nuestra Señora en el que se repartían las candelas que sufragaba el señor temporal, aunque el párroco se queja de que, cuando redactó la consueta ni el administrador del mismo ni el ayuntamiento querían pagarlas, por lo que había tenido que comprarlas con fondos de la parroquia.
         Día de San Blas, donde reseña la costumbre que tienen los fieles de traer al templo unas canastillas adornadas, conteniendo pan dulce y no dulce, viandas, ceras, cebada en grano y en rama, y avena, para que fueran bendecidas.
         Miércoles de Ceniza, con la bendición de la misma, seguida el primer viernes de Cuaresma con el canto del Miserere, después del Rosario. Ese mismo viernes, y todos los de Cuaresma, domingos y festivos de ese tiempo litúrgico se rezaba el Vía Crucis.

         Novenario al Santo Cristo de la Capilla. El primer domingo de Cuaresma daba comienzo ese novenario. Al término del mismo había otro novenario, dedicado a San Francisco Javier o a San José, en función del tiempo.



         Domingo de Ramos. Se llevaba a cabo la procesión en torno al olmo de la plaza, con asistencia del Ayuntamiento.

         Día de la Anunciación de María que se celebraba con solemnidad si el tiempo litúrgico lo permitía.



         Jueves Santo. Es muy interesante la referencia al “antiguo monumento” que se instalaba ese día, el cual “era muy bueno y muy completo de bastidores”. Al estar deteriorado, en 1857 se hizo uno nuevo con menos bastidores, aunque el párroco señalaba que podían añadirse otros. Estos monumentos de bastidores, propios del barroco, ofrecían una escenografía teatral muy llamativa. Lamentablemente, la mayor parte de ellos se han perdido. En las “grandes gradas” se disponían 22 cirios encendidos que eran ofrecidos por las cofradías del Rosario y de las Almas.
         Por la tarde de ese día se realizaba la “procesión del Miserere”, en la que un hombre “entunicado y descalzo” portaba el Cristo que se encontraba en el testero del coro, mientras se cantaba el Miserere.
         Viernes Santo. Se quejaba el párroco de la escasa asistencia a los oficios de ese día y, en concreto, a la adoración de la Santa Cruz, hasta el punto de que, en ese año, sólo habían estado presentes el Alcalde y “otra devota persona”.
         Sábado Santo. En ese día que no tenía entonces el carácter penitencial de ahora, se procedía a bendecir con agua bendita todas las casas.
         Domingo de Quasimodo, en el que se llevaba la Eucaristía a los enfermos en sus casas.
         Día de San Marcos. Se realizaban rogativas, siguiendo el itinerario habitual de otras procesiones.
         Día de San Pedro Mártir. Del que señala el párroco que fue elegido patrón de Agón el 20 de abril de 1643. A su fiesta nos referiremos en el próximo artículo.

         Día de la Invención de la Santa Cruz (3 de mayo) en el que se procedía a la bendición de los términos, desde las eras.



         Día de San Gregorio (9 de mayo). Ese día se marchaba en procesión hasta el pilar dedicado al Santo, sito en el lugar que denominaba “viñedo bajo”, donde se procedía a la bendición de los campos y viñas.
         Otras fiestas que se mencionan son las de la Ascensión, con rogativas, y la de Pentecostés, con vigilia.
         Día 29 de mayo, fecha en la que se celebraba la fiesta del Santo Cristo de la Capilla, con completas y Salve la víspera, dando comienzo a la novena. Ese día se celebraba con el canto de tercia, Misa y sermón.
         Corpus Christi. A la procesión solemne acudían las cofradías de la Virgen del Rosario, San Pedro Mártir, San Antonio Abad y San José, con sus peanas y pendones. Se efectuaban tres paradas con bendición solemne a la salida de la iglesia, en la placeta y de nuevo a la entrada del templo. 
         Día de la Dedicación de San Miguel Arcángel (29 de septiembre) que se celebraba con vísperas de difuntos y nocturno el día anterior y con Misa aniversario por los fallecidos de las cofradías del Rosario y de las Almas en su día.
         Día de la Virgen del Rosario (primer domingo de octubre) fiesta importante a la que nos referiremos en el siguiente artículo.
         Día de la Virgen del Pilar en la que se celebraba una Misa aniversario general por los difuntos de las cofradías del Rosario y de las Almas.

         Día de Todos los Santos en el que, además de la celebración propia del día se tocaba a muerto durante toda la noche. Esta costumbre había quedado reducida al toque de difuntos de 8 a 10 de la noche y desde las cuatro de la madrugada hasta el inicio de las primera de las tres misas del Día de Difuntos en el que las mujeres ofrecían alguna limosna junto con una candela.




         Es muy llamativo el hecho de que, en la consueta, no se mencione la fiesta de la Virgen de los Ángeles, titular de la parroquia y, actualmente, considerada copatrona de la localidad, por lo que cabe pensar que, salvo omisión de párroco (cosa improbable) sea de introducción posterior al año de redacción del documento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario