Proseguimos
esta serie con otras cuatro declaraciones aprobadas en la reciente reunión del
Comité Intergubermanmental para la Protección del Patrimonio Cultural
Inmaterial celebrada en los últimos días de noviembre, en isla Mauricio y que
son las siguientes que afecta a aspectos muy variados y, en algunos casos,
sorprendentes.
Control
de los riesgos de aludes. El control de los riesgos de
aludes es un quehacer tan sumamente importante de las poblaciones alpinas de
Suiza y Austria que ha llegado a configurar parte de su identidad cultural. En
efecto, todos los inviernos tienen que hacer frente a la amenaza que entrañan
estos fenómenos para las comunidades locales y los turistas, así como para los
medios de comunicación y las infraestructuras vitales. Como la región de los
Alpes está densamente poblada, estos derrumbamientos masivos de nieve
constituyen un gran motivo de preocupación y responsabilidad colectivas para
sus habitantes. Desde siglos atrás, los montañeses han venido acopiando todo un
acervo de conocimientos empíricos, han elaborado planes de prevención y control
de riesgos y han aplicado diversas prácticas culturales para precaverse del
peligro de los aludes. Hoy en día, siguen implementando y adaptando sobre el
terreno todas las técnicas y conocimientos tradicionales de los que son
depositarios, complementándolos con el uso de instrumentos de medición modernos
y de una cartografía de riesgos específica. Arraigado en el comportamiento
diario de las comunidades alpinas, este elemento del patrimonio cultural hace
hincapié en la importancia de la solidaridad cuando se producen situaciones
críticas. La evaluación de los riesgos de desencadenamiento de aludes exige un
conocimiento profundo de la naturaleza, y más concretamente de la índole de los
terrenos, de los tipos de nieve, de las condiciones meteorológicas y del
historial de las anteriores avalanchas. Ese conocimiento se transmitía antes
oralmente, pero hoy se ha establecido un procedimiento dinámico que une el
saber empírico a la experiencia práctica: los conocimientos adquiridos se
transfieren desde los hallazgos de la ciencia a la práctica, y desde las experiencias
in situ a la investigación científica. A todas las personas interesadas se les
ofrecen numerosos cursos de formación, así como la posibilidad de tener acceso
a fuentes de información muy diversas: manuales, sitios web, medios de
información, exposiciones, listas de verificación y boletines de noticias sobre
aludes. Candidatura presentada por Austria y Suiza.
Cultura
épica, leyendas y músicas tradicionales vinculadas a la epopeya de Dede
Qorqud/Korkyt Ata/Dede Korkut. La cultura épica y las leyendas y músicas
populares vinculadas al mítico sabio anciano llamado “Dede Qorqud”, “Korkyt
Ata” o “Dede Korkut” tienen su raíz en trece piezas musicales tradicionales,
así como en doce cantares de gesta, relatos y cuentos heroicos que se han
transmitido de generación en generación por conducto de narraciones orales,
artes escénicas, códigos culturales y composiciones e interpretaciones
musicales. En todos los episodios, su legendario protagonista, el juicioso
trovador “Dede Qorqud”, prodiga mensajes y explicaciones de gran sabiduría
sobre las tradiciones relacionadas con el nacimiento, el matrimonio y la muerte
de los seres humanos. En las piezas musicales, el instrumento llamado kobyz
reproduce los paisajes sonoros de la naturaleza, imitando por ejemplo el
aullido del lobo o el canto del cisne. Además, esas piezas están estrechamente
vinculadas a la temática de los relatos épicos que acompañan. Este elemento del
patrimonio cultural no sólo vehicula valores sociales, culturales y éticos –el
heroísmo, las virtudes del diálogo, la importancia del bienestar físico y
espiritual, la unidad entre las personas y el respeto de la naturaleza– sino
que también transmite conocimientos profundos sobre la historia y la cultura de
la comunidades de habla túrquica. Practicado y preservado por las comunidades
interesadas en ocasiones muy diversas –eventos familiares o festivales
nacionales e internacionales– este elemento está bien arraigado en la sociedad
y cumple la función de vínculo entre las distintas generaciones. La candidatura
ha sido presentada conjuntamente por Azerbaiyán, Kazajstán y Turquía.
Dondang
Sayang. El arte tradicional malayo denominado “Dondang
Sayang” lo siguen practicando en el estado costero de Melaka cuatro grupos de
población: los malayos, los baba nyonya, los chitty y los portugueses. Este
arte consiste en interpretar canciones y melodiosas rimas poéticas al son de
violines, gongs, tamboriles y timbales. Las comunidades entonan esas canciones,
denominadas “baladas amorosas”, para expresar sentimientos de afecto y prodigar
consejos sobre cuestiones como los amoríos y la generosidad. En el siglo XV, en
tiempos del sultanato de Melaka, este arte musical y vocal se interpretaba
solamente durante las ceremonias y acontecimientos celebrados en el palacio de
los soberanos, pero posteriormente se fue difundiendo entre la población.
Conforme a la tradición, las representaciones van acompañadas de música, así
como de canciones y poemas compuestos en cuartetos que interpretan un hombre y
una mujer sumamente versados en la declamación de poemas. Todas las personas,
sean cuales sean su edad, profesión, condición social y creencias religiosas,
pueden participar en las representaciones de este elemento del patrimonio
cultural que transmite mensajes positivos y permite compartir sentimientos
afectuosos, alegrías y penas, reforzando así los vínculos que unen a las
comunidades. Las representaciones de este arte tradicional se celebran con
regularidad, y tienen lugar sobre todo con motivo de reuniones, festejos y festivales.
Además, se organizan numerosos programas, cursos y actividades culturales para
las personas que desean practicarlo y perfeccionarse en su ejecución.
Candidatura presentada por Malasia.
El
alarde de caballos y camellos. El alarde de caballos y camellos tiene lugar
en muchas regiones de Omán. Los días de su celebración, la poblaciones acuden a
los hipódromos para admirar las demostraciones de jinetes y camelleros que
ponen de relieve la destreza de los osmaníes en el trato y doma de estos animales.
Estos espectáculos van acompañados por expresiones artísticas tradicionales,
como la recitación de poemas antiguos. Un alarde comienza con la presentación
de figuras clásicas de la doma: obligar a los animales a tenderse en el suelo,
montarlos manteniéndose en pie sobre ellos, galopar a toda velocidad agarrado
de la mano de otro jinete o camellero, etc. Luego, los caballos y camellos
desfilan con gualdrapas y hermosos jaeces de plata. Elementos del patrimonio
cultura nacional en las zonas rurales y urbanas, los alardes acompañan las
fiestas religiosas y nacionales, así como otros muchos acontecimientos de la
vida social del país, y son un vivo reflejo del gran conocimiento que los
osmaníes tienen de los animales y de la estima que sienten por elllos. En los
alardes participan tanto hombres como mujeres y su celebración ofrece una
oportunidad a los artesanos y músicos tradicionales para hacer gala de su
talento profesional. Con motivo de la celebración de diversos eventos sociales,
las comunidades locales organizan alardes en los que participan los jóvenes.
Algunas organizaciones de la sociedad civil también desempeñan un papel
esencial en la transmisión de las prácticas y conocimientos vinculados a este
elemento del patrimonio cultural, y también hay grupos ecuestres que enseñan a
los estudiantes universitarios a conocerlo y a practicar la equitación.
Candidatura presentada por Omán.
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