Libros recibidos 404

 

         Cuando hace unos días manifestamos nuestro propósito de reunir la producción bibliográfica del Prof. D. Pedro de Pablo Contreras no podíamos imaginarnos que, poco después, el Instituto de Estudios Riojanos nos iba a remitir el libro que lleva por título El régimen jurídico de las plantaciones y replantaciones de viñedo (Derecho Comunitario, Estatal y de la Comunidad Autónoma de la Rioja), publicada en 2003 con el nº 13 de la colección “Ciencias Sociales” y en la que figura como Director.

         Es, asimismo autor de una parte de los diferentes capítulos que compone esta obra en la que también han colaborado los profesores D. Fernando González Botija, D. Ignacio Barriobero Martínez, D. Ángel Sánchez Hernández y la becaria Dª, Cristina del Val Gómez.

         El libro aborda la compleja situación creada en torno a los derechos de replantación que fueron creados a raíz de la prohibición de la Unión Europea de nuevas plantaciones de viñedos, para evitar los excedentes de vino. Todo ello dio lugar a una serie de regulaciones normativas a nivel europeo, estatal y autonómico de las que los autores son excelentes conocedores.

         Como anécdota, al hilo de lo publicado ayer, debemos señalar que D. Ignacio Granado Hijelmo, que firma el prólogo, alude al comienzo del mismo a las Memorias de Adriano, de Margarita Yourcenar, en la que se refiere que el emperador gustaba del buen vino porque le recordaba las propiedades volcánicas del suelo.

         Otro libro que hemos recibido es Volar alto, de Jorge Sanz Barajas, publicado por Xordica con el nº 103 de su colección “Carrachinas”. El autor es profesor de Lengua y Literatura y colaborador habitual del suplemento “Artes & Letras” de Heraldo de Aragón. Esta es la tercera novela que publica, siendo autor también de dos libros de ensayo.

         La acción de la novela se desarrolla en Zaragoza y tiene como protagonista a un personaje real, Ciriaco Párraga, que llegó a la capital aragonesa para trabajar como fotógrafo, tras haber combatido en la clandestinidad, lo que le obligó a utilizar un nombre ficticio. Allí fue protegido por Jalón Ángel convirtiéndose en un excelente retratista para el que posaron los más destacados personajes del momento.