domingo, 7 de marzo de 2021

Asociación de la que no teníamos noticia

 

         Esta modesta estampa que acabamos de conseguir, nos ha servido para conocer la existencia en nuestra ciudad de una asociación de la que no teníamos noticia: la Cruzada Misional de Estudiantes de España.



         Al dorso de la misma se detalla que el 6 de diciembre de 1959 tuvo lugar en el colegio de Santa Ana de Borja la solemne bendición de la bandera y la imposición de distintivos de esa Cruzada Misional de Estudiantes de España que tuvo la suficiente importancia como para disponer de bandera propia. Es significativo el hecho de que la estampa fuera editada por el Seminario de Vitoria, mientras que fue la imprenta Meléndez de Tarazona quien añadió el texto del acto celebrado en Borja.


         Esta asociación religiosa había sido fundada por el sacerdote D. Juan José Pérez Ormazabal, profesor de Literatura en el seminario de Vitoria, aunque fue D. Ángel Sagarminaga el verdadero responsable de su difusión por muchos centros escolares de España.

         Tuvo un enorme influjo en el fomento de vocaciones misioneras entre los jóvenes, en unos momentos en los que el sentido de misión se vinculaba a los postulados de un régimen que, en cierta manera, identificaba religión y patriotismo, evocando un pasado en el que se quería destacar la difusión de la Fe en este conjunto de naciones que constituían la llamada “Hispanidad”.


         El distintivo de la Cruzada que probablemente figuraría en la bandera representaba a un cruzado medieval levantando al africano postrado a sus pies, al que ilumina con la lámpara que está al lado e ilustra con el libro abierto, aunque lleve pendiente la espada.

         Esta Cruzada coexistió con la Santa Infancia que tuvo especial protagonismo en las cuestaciones anuales del día del DOMUND. Hay estudios muy interesantes que analizan la evolución de la concepción misional desde esos primeros momentos en los que están unidos religión y política hasta posiciones más avanzadas, pasando por una etapa que podríamos considerar folklórica en la que predominaban esos disfraces de indios, africanos y chinitos portando las huchas que también adoptaban forma de cabeza racial.

         La CMEE tuvo también un himno, titulado “Dios lo quiere”, cuya letra escribió el propio Pérez Ormazabal siendo su música obra del maestro José María Beobide, aunque otras fuentes se la atribuyen a Juan Tellería, autor del “Cara al sol” y de otros himnos de la época. En nuestra opinión hubo dos partituras, siendo la de Tellería la oficial, que puede escucharse en este enlace.




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