Al
final de la calle de Sayón, tras el denominado “Palacio”, se encuentra el
estanque de Sorbán que recoge las aguas de esta importante acequia borjana
(principalmente en época estival) que, como en otros lugares de Aragón, recibe
la denominación de “río”.
Hoy queremos dar a conocer la historia de su construcción que no se remonta a tiempos muy remotos, dado que aún no ha cumplido los cien años. Fue en 1915 cuando comenzó a ser estudiada la posibilidad de construir un estanque que sirviera para mejorar los riegos de una zona del término urbano, dado que las aguas del río Sorbán discurrían sin detención hasta la Estanca.
En
septiembre de 1915 el periódico Aires del
Moncayo insertaba un artículo dando cuenta de que el Sindicato de Riegos
había ultimado la elaboración de una memoria con los datos referidos a la
construcción de ese estanque que se consideraba de suma importancia para poder
regar de día “las dos huertas del término de Sorbán y sus orillos”. La memoria
fue remitida a todos los beneficiarios que eran más de mil.
No faltaron
críticas al proyecto, especialmente respecto al emplazamiento elegido. Unos
aducían que el terreno era de peña roya, floja y permeable, suponiendo que se
inundarían las bodegas de la zona del Abrevador y se encharcarían las fincas
inmediatas al estanque. Para otros, el estanque “privará de que corran sus
aguas en el lavadero de la Callejuela” y aún más en el que “existe frente a la
costera llamada de Tudela” (no lo conocíamos).
No
sabemos si estas críticas tuvieron el eco suficiente para hacer desistir del
proyecto, pero lo cierto es que no volvió a hablarse de ello hasta 1925, año en
el que el Sindicato Agrícola Católico elevó una propuesta al Sindicato de
Riegos para que fuera retomado, informando Ecos
del Moncayo de que había sido tomada en consideración y ya se estaban
realizando las gestiones para adquirir los terrenos, lo que para el periódico
era una excelente noticia que permitirá acabar “con esas noches de penoso riego
para nuestros agricultores”.
Fue el
16 de abril de 1925 cuando se firmó la escritura de compra de los terrenos y en
sesión del 10 de enero de 1926, se acordó emitir obligaciones de 100 pesetas,
al 5,5 % anual para financiar la obra, encargándose de la misma los síndicos D.
Melchor Zaro y D. Marcelino Cardona. El total de las obligaciones emitidas
ascendía a 40.000 pesetas y antes de
finalizar el mes había sido ya cubierta.
El
lugar elegido para construir el estanque era donde se encontraba el llamado “molino
del barrio” que comenzó a derribarse a comienzos de febrero de 1926. Las obras
avanzaron con rapidez y, a mediados de abril, estaba ya levantada una buena
parte del muro de cierre. Ecos del
Moncayo lo comentaba con entusiasmo, afirmando que la ciudad “contemplará
orgullosa la obra de sus hijos y éstos que, con su óbolo, contribuyeron al
engrandecimiento de la misma, verán colmadas sus aspiraciones cumplidamente”.
A
comienzos de julio se daba por finalizada la primera parte de las obras del estanque
y el 14 de agosto, el periódico hizo público el balance de ingresos y gastos.
Los gastos fueron de 46.435,32 pesetas que fueron cubiertos con las 40.000
pesetas recaudadas en la emisión de obligaciones; 942,75 por la venta de
materiales procedentes del molino derribado, siendo asumida la diferencia con
los fondos de la Sección de Sorbán del Sindicato.
Finalmente,
debemos mencionar que, en noviembre de 1926, se llevaron a cabo obras de mejora,
encaminadas a reforzar la solidez de sus “murallas” y a limpiar completamente
de tierra el fondo, aumentando considerablemente su capacidad de almacenamiento
de agua.
El
estanque sigue desempeñando su cometido cuando quedan poco más de cinco años
para cumplir su primer centenario. Los muros siguen en pie y las posibles
filtraciones no llegaron a inundar las bodegas del Abrevador ni se detuvo el
agua de la Callejuela como auguraban los opositores al proyecto.
Las
fotografías que ilustran este artículo fueron realizadas ayer. Corresponden
fundamentalmente al interior del estanque, pues el muro está cubierto
exteriormente por la vegetación como muestra la última imagen.
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