Caminos asfaltados

 

         Recientemente, apareció en la prensa regional un publirreportaje de la Diputación Provincial en el que se destacaba la ingente labor realizada pavimentando caminos en numerosos municipios. Esta actuación puede limitarse a la reparación de los caminos de tierra, deteriorados por el tránsito y las inclemencias climatológicas, o por el asfaltado.

         Esta última opción ha sido realizada en municipios cercanos a Borja que, en algunos casos han visto pavimentada toda su red viaria. Pero, en nuestra ciudad, ha sido un recurso escasamente utilizado.

         Fue hace dos legislaturas cuando el M. I. Ayuntamiento puso en marcha un plan que quedó inacabado pero que hizo posible el asfaltado del tramo de la calle de Tudela hasta el camino de la Culebra y todo el trazado de este último. También fue pavimentado el camino viejo de Maleján desde la carretera del Santuario hasta la N-122.  Por razones diferentes se pavimentó el aparcamiento creado en la calle Justicia de Aragón y, con ocasión del final de etapa de la Vuelta Ciclista a España el camino que lleva al recinto ferial.

         Quedó pendiente el asfaltado del camino de las Arcadas hasta el puente Clox pero el resultado de aquella labor lo agradecen tanto los conductores como, especialmente, aquellas personas que por edad o razones de salud, los utilizan para pasear cotidianamente.

         Por eso, siempre nos ha sorprendido que no hayan sido programadas nuevas actuaciones, como por ejemplo el ya citado o el camino del Huecha hasta el puente de Maleján. Algo similar podría decirse del camino de la Estanca que debe convertirse en un recurso natural de singular importancia. Es cierto que este camino ha sido reparado con tierra en diversas ocasiones, la última recientemente con ocasión de la construcción de los parques eólicos, pero no es lo mismo, como lo demuestran los daños que sufre cada vez que llueve intensamente.

         No faltan quienes se oponen al asfaltado, alegando que contribuye al incremento de la velocidad de los vehículos que transitan por ellos y el riesgo que ello entraña, pero ese mismo argumento podría valer para retornar a las carreteras de tierra en toda la red nacional y a los peones camineros picando piedra para reparar los baches.