martes, 3 de diciembre de 2024

Recordando a un obispo de Tarazona y a un sacerdote de Tabuenca

 

El 3 de diciembre de 1546 fue nombrado obispo de Tarazona D. Juan González de Munébrega, nacido en Munébrega. Canónigo de la colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud y, posteriormente de Lugo, fue inquisidor en Cerdeña, Valladolid, Sevilla y Valencia, ciudad a la que llegó en 1541. Visitador apostólico de Cataluña y de los condados del Rosellón y la Cerdaña ejerció también el cargo de canciller de la ciudad y reino de Valencia.

Consagrado obispo el 6 de febrero de 1547, no renunció a su trabajo como inquisidor, desempeñando en los tres últimos años de su vida el difícil cometido de erradicar los grupos heréticos que se habían implantado en Sevilla. Fue, en 1558, al regreso de una de sus actuaciones en esa ciudad cuando pasó unos días de descanso en el Santuario de Misericordia, donando la cantidad necesaria para la construcción del primer Via Crucis que existió allí.

 

También se debe a su labor de mecenazgo la terminación del palacio episcopal de Tarazona, ciudad en la que falleció en 1561. Él fue quien mandó edificar el gran corredor que mira al río Queiles que vuela sobre la peña sostenido por unos gigantescos arcos de ladrillo y dividido en dos sectores perfectamente diferenciados. Al más próximo a la plaza del Palacio adosó una gran escalera que empalma con el frente occidental, mientras que en el otro lado superpuso una nueva fachada a la fábrica ya existente. Tras cerrar el perímetro del inmueble unificó el edificio con la construcción de un patio central.

 

El 3 de diciembre de 1790 nació en Tabuenca D. José Lumbreras Sanjuán. Era el séptimo hijo del matrimonio formado por José Lumbreras Morlanes y María Blasa Sanjuán. Con él nació una hermana gemela que recibió el nombre de María Francisca.

Tras cursar los estudios eclesiásticos en el seminario de Zaragoza, fue ordenado sacerdote en 1816, siendo destinado a la parroquia de La Puebla de Híjar, donde permaneció dos años hasta que, en 1818, obtuvo por oposición el curato de Tabuenca. Durante 37 años ejerció su ministerio pastoral en su localidad, falleciendo el 4 de septiembre de 1855, a consecuencia de la epidemia de cólera que azotó a España y que tuvo especial incidencia en nuestra zona.

 Fue un sacerdote dotado de grandes virtudes que, a la preocupación por sus parroquianos, unió su dedicación a la investigación histórica, dejando numerosas anotaciones y un trabajo de gran interés sobre los linajes de Tabuenca, reeditado por la Asociación Cultural Villardajos. Su retrato forma parte de la galería de hijos ilustres de la iglesia parroquial.


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