El sistema informático del Centro, integrado por una red de tres ordenadores conectados a través de un modem, había quedado completamente obsoleta hasta el punto que era ya sumamente difícil trabajar con ella por la extremada lentitud del servicio. Ello unido a las enormes limitaciones de salida al exterior, al no disponer de fibra óptica, provocaba el que para publicar los artículos que habitualmente colgamos de la red, fuera necesario emplear varias horas.