El
pasado día 25, en un reportaje emitido en el Telediario de la primera cadena, a
las 21 horas, (http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/telediario-21-horas-25-08-12/1513609/)
(minuto 26,50) el Presidente del Centro de Estudios Borjanos destacó la
importancia del Museo de la Colegiata de Borja y del otro Ecce Homo que puede
admirarse allí.
En
concreto, se trata de una interesante talla, de autor desconocido, que fue
donada a la colegiata, mediante legado testamentario, por las hermana López de
Borja y que, en la actualidad, se exhibe en la Sala III del museo.
En
esa misma sala pueden admirarse otras obras relacionadas con la Pasión de
Cristo, de gran calidad. Una de ellas es esta Piedad del siglo XVI.
También
de gran interés es este Cristo yacente, en terracota, que fue realizado por el
escultor bilbilitano Gregorio de Messa, a comienzos del siglo XVIII, para la
ermita del Sepulcro de Borja.
Pero,
sin duda, entre los fondos del museo destaca un excepcional conjunto de tablas
góticas, pintadas por los hermanos Zahortiga en 1460, que formaban parte del
retablo mayor de la colegiata hasta que, en el siglo XVII, fue sustituido por
el actual retablo barroco, encargado a los hermanos Messa.
Afortunadamente,
las tablas han llegado hasta nuestros días y, tras su restauración, constituyen
el núcleo fundamental de este importante museo que las muestra en las Salas IV
y V del mismo. En ellas están representadas distintas escenas de la vida de la
Virgen que, a su interés religioso, unen su condición de testimonio de la época
en la que fueron pintadas, desde la óptica de unos pintores que eran de origen
judío.
Pero,
a lo largo de las distintas salas de sus tres plantas, el museo ofrece otros
muchos alicientes. Instrumentos musicales, cantorales, escultura, orfebrería, libros
y ornamentos religiosos nos ofrecen una espléndida visión de patrimonio
artístico de la antigua colegiata con elementos singulares, como el único
ejemplar existente de una de las ediciones del Mapa de Aragón, que el
cosmógrafo portugués Juan Bautista Labaña llevó a cabo por encargo de los
diputados del reino.
Todo
ello se articula en torno al patio de este edificio, construido en 1560 como
sede del hospital Sancti Spiritus, con cuatro columnas anilladas,
características de los patios del renacimiento aragonés, en una de las cuales
pueden verse las primitivas armas de la ciudad.
El
museo ha llevado a cabo, con ayuda del Gobierno de Aragón, de la Diputación
Provincial de Zaragoza, del Ayuntamiento de Borja y de la Diócesis, un amplio
programa de restauración de sus fondos. Ha editado, además una serie de
publicaciones, con la colaboración del Centro de Estudios Borjanos y realiza
diversas actividades, entre las que destacan las visitas guiadas para alumnos
de los centros docentes.
Pero
el Museo de la Colegiata no es el único existente en Borja, ya que cuenta
también con un importante Museo Arqueológico, instalado en la antigua iglesia
de San Miguel, al que dedicaremos un artículo posterior.