Un
colaborador de nuestro Centro nos ha mostrado, sólo mostrado, una moneda
encontrada por su padre, cuando paseaba por los montes de la Corona. Quería que
la identificáramos, dado que por sus características se le alejaba del modelo
habitual de las monedas ibéricas.
Los
ha hecho inmediatamente el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández, especialista en
Numismática. En su opinión se trata de una mitad (semis) de Kese, donde
posteriormente surgió Tarraco.
Se
trata de una ceca muy productiva cuyas acuñaciones se dividen en dos etapas. La
primera entre el 220 y el 195 a. C. y la segunda del 195 a. C. (coincidiendo
con la revuelta y las actuaciones de Catón) y principios del siglo I a. C. A
esta segunda etapa pertenece la moneda encontrada aquí.
En
todas las series de esta época aparecen pequeños símbolos junto al retrato del
anverso, en unos casos haz de rayos, letras, caduceos, caduceos alados etc.
Aunque la moneda está muy desgastada y las fotografías son muy malas, por el
criterio estilístico del retrato, la moneda pertenece a la séptima emisión,
bastante completa, pues comprende unidades, mitades, tercios, cuartos, sextos y
doceavos.
La
moneda que estamos comentando es, como se ha indicado, una mitad acuñada entre
el 180 y el 160 a. C. En el anverso aparece una cabeza masculina imberbe, a
derecha, con un caduceo detrás. En el reverso figura un caballo avanzando a
derecha con rienda suelta y entre las patas delanteras un góbulo. Dentro de
estas mitades hay dos variantes: en la primera la leyenda Kese aparece entre
las patas y en la segunda está bajo el exergo. La encontrada aquí corresponde a
la primera variante.
Todo
hallazgo, por encima del valor intrínseco del mismo, tiene un interés histórico
pues, como en este caso, viene a poner de manifiesto las relaciones existentes
entre las ciudades de aquella época, aunque un solo hallazgo no permite
cuantificar la importancia de unas posibles relaciones comerciales.