Ayer, la Iglesia celebró el IV Domingo de Cuaresma, conocido como “Domingo de Laetare”, que constituye un descanso dentro de los rigores de este tiempo litúrgico. “Laetare” quiere decir “alegraos”, porque muy pronto conmemoraremos la gran solemnidad de la Resurrección. Como expresión de ese significado, los sacerdotes visten casullas de color rosa, en lugar del morado propio de la Cuaresma.
Pero, en Tabuenca,
este domingo tiene un significado muy especial, en el que el protagonista es el
“pastel”, un exquisito producto preparado con masa escaldada que lleva en su
interior chorizo, longaniza, lomo en adobo, costillas de cerdo y huevo duro.
Las familias,
con sus correspondientes “pasteles” se desplazan hasta la ermita de San Miguel o
de los Santos, cercana al casco urbano, en recuerdo de la romería que, antaño,
les llevaba hasta la de la Virgen de Rodanas.
La ermita de
los Santos es un interesante monumento, cuya restauración está pendiente,
aunque el Ayuntamiento viene luchando por llevarla a cabo.
Hemos podido
sumarnos, desde la distancia, a esa bonita tradición del “Domingo de Pasteles”
de Tabuenca, porque la antigua alcaldesa Dª. María Ángeles Lanzán ha tenido la
amabilidad, un año más, de traernos un pastel que, además, ha personalizado con
una simbólica ancla. Nuestras más efusivas gracias a nuestra amiga María
Ángeles por permitirnos disfrutar de uno de los productos de nuestra comarca
que más apreciamos.
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