En el último número de la revista Norte, que reseñamos en otro artículo, se relata la entrega, efectuada por el Frente de Afirmación Hispanista, de una réplica del exvoto que Hernán Cortés donó al monasterio de Guadalupe en 1528, de donde desapareció, tras la Desamortización. La historia de esta joya, que no conocíamos, es muy curiosa y nos hemos interesado por ella.
Mientras recorría su hacienda en
Yeutepec, que le había sido donada por Carlos V y en la que había plantado
moreras, Hernán Cortés fue picado por uno de los alacranes más peligrosos del
mundo: el alacrán de Morelos (Centruroides limpidus). Ante el riego de
tan mortífera picadura, Cortés encomendó su vida a la Virgen de Guadalupe y, al
recuperarse, mandó hacer un exvoto que llevó personalmente al monasterio,
durante su visita a la península.
De aquella valiosísima joya se
conserva una descripción en los archivos del monasterio; “trajo este escorpión
de oro y el que le había mordido dentro. Es este engaste y pieza de mucho
valor, y de maravilloso artificio en que los indios se aventajaron”, “es de oro
con mosaico azul, verde y amarillo, con 43 esmeraldas muy claras, grandes y
hermosas, las más de ellas labradas con mucha extrañeza, y que tiene también
cuatro perlas, dos colgantes y otras dos presas en las garras del escorpión”.
La réplica mandada a realizar en plata, a los mejores artesanos de la zona de Taxco, contiene, en su interior un alacrán, como ocurría con la original. Lleva perlas en sus pinzas y, en la parte inferior, 43 piedras de jade, recordando la edad que Cortés tenía en aquellos momentos. aquellos momentos.
Recibió la
réplica el custodio del monasterio, fray Guillermo Cerrato, de manos del
Presidente del Frente de Afirmarción Hispanista Fredo Arias de la Canal, en presencia
de otros miembros del Frente, en un acto celebrado el pasado 5 de mayo.
Sin embargo,
sobre el exvoto se han efectuado diversos estudios en el pasado, realizados a
partir de los dibujos conocidos del mismo, que no coinciden con la réplica.
También hay disparidad de opiniones, en torno al causante de la picadura o
mordisco sufrido por el conquistado, habiéndose llegado a afirmar que el
causante del mal fue un reptil, el lagarto enchaquirado (Heloderma horridum),
que también se le conoce como escorpión y que cuenta con un poderoso veneno.
Pero, el tamaño de este reptil hace imposible que fuera engastado en la joya,
como se explicita en la descripción.




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