La
ermita de la Virgen de la Huerta de Fréscano es un monumento de especial
interés, tanto por su arquitectura como por las pinturas murales aparecidas en
ella.
Con
motivo de la restauración de sus pinturas, la ermita y su decoración pictórica
fue objeto de un estudio monográfico de Javier Ibáñez Fernández que es
importante conocer.
Sin
embargo, Pedro Domínguez Barrios viene llamando la atención, desde hace tiempo,
por un hecho que suele pasar desapercibido: la presencia de restos de
policromía en los modillones de su fábrica y en los espacios situados entre
ellos que están decorados con motivos geométricos en los que se aprecian los
restos de la pintura roja y azul original.
Por
otra parte, cuando el recordado arquitecto D. Miguel Ángel Bordejé llevó a cabo
la restauración de la ermita, encargó un estudio petrológico de los modillones,
con la sorpresa de que, según el resultado, no están labrados en piedra, sino
realizados con molde, algo que, para nosotros, resultó desconcertante.
Pedro
Domínguez ha dibujado la secuencia de estas ménsulas que responden a tres tipos
que se repiten a lo largo de toda la construcción.
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