En
la partida de Cánovas, muy cerca de Borja, se alza esta construcción de planta
rectangular de 7,50 x 7 metros que, desde la lejanía, puede parecer una caseta
de campo como otras muchas.
Sus
muros son de adobe, aparejados a tizón y con las esquinas reforzadas con
ladrillo. En el punto medio de cada uno de sus lados más cortos se alza un
machón de ladrillo en el que apeaba la viga puente que soportaba una cubierta a dos aguas, ya
desaparecida, que volaba sobre un alero de dos ladrillos a tizón.
En
el interior no se aprecian restos de pavimento ni de compartimentación. Tan
solo en el centro se alza ahora una pequeña garita con un ventano que cubre a
un pozo de peculiar estructura.
El
pozo es de planta rectangular, de unos 5 x 2 metros, con una profundidad
aproximada de unos 8 metros. Sus paramentos son de mampostería de excelente
ejecución, y está dividido transversalmente por otro muro de menor altura.
Pero
lo más sorprendente es que todos los muros estaban revocados exterior e
interiormente y, en cada uno de sus lados, se disponen cuatro aspilleras, con
una función claramente defensiva.
La
estructura de estas aspilleras es similar a las encontradas en otras
fortificaciones del siglo XIX, como las del convento de capuchinos, convertido
en fuerte durante la guerra de la Independencia. Su derrame interior es de
ladrillo y la apertura exterior se ha mantenido en algunas de ellas, aunque en
otras fue ocluida posteriormente.
Pedro
Domínguez Barrios ha realizado estos excelentes croquis de esta construcción
cuya finalidad parece ser la de proteger el pozo, desde un punto de vista
militar. Ello nos lleva a interrogarnos sobre el momento en el que se
realizaron estos trabajos. Un hipótesis razonable sería el situarlos en el
marco de la guerra de la Independencia, un conflicto en el que los franceses se
vieron forzados a fortificar algunos puntos de la comarca. Posteriormente,
durante las guerras carlistas se acometieron obras similares en algunos
lugares. De esa época es el fuerte fusilero de Novillas. Por otra parte, en los
enfrentamientos suscitados en el siglo XIX también se realizaron trabajos de
este tipo. De hecho, el fuerte de Capuchinos volvió a ser rehabilitado. Sin
embargo, por el momento no encontramos respuesta para justificar la necesidad
de fortificar un pozo en las inmediaciones de nuestra ciudad.
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