El
Servei d’Investigacions Arqueològiques i Prehistòriques de la Diputación de
Castellón nos ha remitido el nº 35 de su revista Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló entre cuyos
contenidos mencionamos por su relación con Aragón el artículo de Ferran Arasa
Gil dando cuenta del hallazgo de “Una estela ibérica trobada a Atzeneta del
Maestrat (L’Alt Maestrat, Castelló)”, decorada con un disco-coraza en su cara
anterior, que el autor relaciona con el grupo de estelas del Bajo Aragón, donde
aparecen también los mismos motivos.
Especialmente
amplio es el trabajo de Amparo Barrachina, Anna Viclach y Neus Arquer, titulado
“El que portem entre mans. Assaig tipològic de recipients domèstics del seglo
IX al VI ANE als Ports i l’Alta Maestrat”, en el que analizan un conjunto de 208
piezas de cerámica, datadas desde el Bronce final al Hierro antigua, que fueron
encontradas en el marco del Plan Eólico de Valencia, en una zona limítrofe con
la comunidad aragonesa.
Queremos
también reseñar el artículo de Ferran Falomir y Maria Josefa Balaguer en el que
informan sobre los resultados de las catas arqueológicas efectuadas en el
castillo de Peñíscola, con motivo del proyecto emprendido por la Diputación de
Castellón para convertir una parte de esta fortaleza en Centro de
Interpretación de la misma y de su historia que, como es sabido, está
especialmente vinculada a la figura del Papa Luna.
De la Universitat
de Lleida hemos recibido el nº 27 de su Revista
d’Arqueologia de Ponent en la queremos destacar en primer lugar el artículo
de Miguel Tarongi Chavarri, titulado “Análisis comparativo de los estudios
carpológicos de la Depresión del Ebro durante el III y I milenio a. C. Un
estado de la cuestión”, dado que se hace mención expresa a los yacimientos borjanos
de Moncín y la Cueva de Majaladares II, así como a otros aragoneses, en
concreto el de Segeda I (Mara), El Collado de la Abeja (Muel-Alfamén) y el Cabezo
de la Cruz (La Muela). A través de los datos obtenidos del estudio de las
muestras arqueobotánicas encontradas en ellos se han podido consolidar ciertas
ideas ya existentes sobre la evolución y desarrollo de la agricultura en ese
periodo.
Mencionamos
asimismo el trabajo de Marc Prades “Noves aportacions sobre el territorio, el
poblament i els models d’ocupació a la Terra Alta durant la protohistòria. Una
anàlisi estadística a través dels Sistemes d’Informació Geogràfica (SIG)” dado
la localización de esa comarca en el límite con Aragón.
Por
otra parte, la revista incluye en su sección “Debat” un interesante conjunto de
aportaciones en torno al futuro de la investigación arqueológica, que
aconsejamos leer. En ellas se plantea la dicotomía existente entre la enseñanza
universitaria y la labor desarrolla en el marco de los grupos de investigación
ajenos a ella. J. A. Quirós se interroga acerca de “¿Por qué la arqueología en
España necesita un nuevo modelo universitario?” y otro de las aportaciones hace
referencia a la progresiva deslocalización de la investigación “o la (buscada)
mort del professorat universitari”.
Otra
revista con importantes contenidos de interés arqueológico que acabamos de
recibir es el nº 68 de Munibe, que
edita la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En ella nos ha llamado la atención el
artículo de Rodrigo Villalobos y Carlos P. Odriozola sobre “Circulación de
hachas prehistóricas de jade alpino en el centro-occidente de la Península
Ibérica. ¿Modelo directional trade o down-the-line/prestige chain?”, en el que
se cita un hacha encontrada en Sádaba, entre las fabricadas en ese material,
aunque el trabajo se circunscribe al análisis mediante espectroscopia Raman y
UV-VIS-NIR de cinco ejemplares procedentes de Paredes de Nava (Palencia), Viñas
de Abajo (Valladolid), Diego Álvaro (Ávila) y León, que apuntan a un origen
alpino de las mismas, aunque a partir de otros datos los autores rechazan la
hipótesis de que llegaran desde Bretaña a través de un intercambio con la
variscita producida en la península ibérica, decantándose por una vía de
penetración diferente.
También
nos ha interesado el artículo de Karen Alvaro, Esther Travé y M. Dolores López
sobre “Los dados de Ausa y Mendikute (s. XIII-XIV): La elaboración de objetos
lúdicos en hueso en algunas fortificaciones medievales del territorio
guipuzcoano”, en el que vuelven a plantear el problema de la distribución de la
numeración en sus caras, una cuestión sobre la que se ha debatido mucho, pues
aparece regulada por Alfonso X el Sabio en su conocida obra sobre juegos de
ajedrez, dados y tablas, así como en los estatutos de los fabricantes, aunque
los hallazgos vienen a confirman que no siempre se cumplía lo dispuesto.
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