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         El Centro de Estudios del Somontano de Barbastro nos ha remitido el tercer volumen de la serie que tiene como protagonista a Uga Maluga, una niña africana alejada de su país y acogida en otro, donde crece junto a sus padres. Atrás ha quedado su amigo Usman, sufriendo las consecuencias de una cruel guerra en la que ha tenido que participar como niño soldado.

         Angélica Muñoz, autora del texto y de los dibujos ha realizado un gran esfuerzo para narrar una historia difícil que intenta hacernos comprender lo duro de situaciones como la relatada y que, como señala el Presidente del Centro de Estudios del Somontano constituye una llamada de atención sobre un problema que nos afecta a todos.

         El Museo de Santa Cruz de Toledo nos ha enviado el catálogo de la exposición Sorolla. Tierra adentro, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con la Fundación Museo Sorolla, inaugurada en el citado museo el pasado +28 de diciembre y que puede visitarse hasta el próximo 8 de abril.

         Como manifiesta el Director General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural D. Luis Lafuente Batanero, junto al Sorolla de las playas mediterráneas, hay otro Sorolla introspectivo, un pintor de tierra adentro que buscó a través de sus paisajes las razones para entender su país.

         Finalmente, reseñamos hoy la recepción de la obra de Thomas Glessener, L’empire des exilés. Les flamands et le goubernement de l’Espagne au XVIII siécle, que nos ha remitido la Casa de Velázquez de Madrid.

         En ella cuenta unos hechos poco conocidos, relacionados con el exilio de miles de personas de Flandes e Italia que, tras la pérdida de esos territorios por parte de la Corona de España, como consecuencia del Tratado de Utrech, prefirieron abandonar los lugares en los que habían nacido para seguir bajo la tutela de la monarquía española.

         Centrada en el exilio flamenco, estamos ante una obra de gran importancia que analiza las complicadas relaciones de estos hombres con la nueva dinastía borbónica en el marco de lo que para ellos representaba “el fin de un mundo”, al menos de “su mundo”.