Epidemia de tifus en Agón

 

         Los brotes epidémicos en nuestra comarca han sido frecuentes en el transcurso de la historia, aunque por los avances experimentados en el tratamiento de las enfermedades infecto contagiosas y en las medidas higiénicas los hayamos olvidado.

         La inexistencia de un suministro de agua potable adecuado, hasta fechas relativamente recientes, provocaba la reiterada aparición de casos de fiebre tiofidea que, en ocasiones, adquirían carácter epidémico, dado que no se conocía la etiopatogenia de la enfermedad y su mecanismo de transmisión.

         Hoy queremos referirnos a uno de esos brotes que se presentó en Agón, al comienzo del verano de 1871. El número de afectados fue lo suficientemente elevado para adoptar con urgencia algunas medidas.

         Con ese propósito se reunió el 30 de junio de ese año la Junta de Sanidad y Beneficencia de la localidad, presidida por D. Pedro Navarro e integrada por los vocales D. Antonio Castán, D. Robustiano Bea, D. Baltasar Sarría, D. Antonio Sarría, D. Francisco Sarría y D. Manuel Labordeta que actuaba como Secretario.

         A ella fueron convocados el Subdelegado del Distrito y médico de Borja D. Gerardo López Larraya, así como los médicos de Magallón D. Tomás Parrer y D. Cándido Muzas para que diseñaran un plan para combatir el brote.

         A tal fin, dispusieron que se habilitaran los graneros del conde de Parcent para alojar en ellos a los afectados, solicitando a la Diputación Provincial 12 camas del Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Mientras tanto, debían desinfectarse las casas de los enfermos y atenderlos en ellas hasta que pudieran ser trasladados. En el cementerio fue dispuesto un lugar, resguardado de la intemperie, para depositar los cadáveres (medida que no tenía sentido, dado que la transmisión es a través del agua). Se pidió también al farmacéutico de Magallón D. Sebastián Callejas que facilitara los medicamentos necesarios “al precio de droga”.

         Disponemos de una copia del acta de esa reunión en la que se propuso a los médicos para una distinción cuando la epidemia fuese superada.