Juan
Manuel Serrano Lacaba, en su deseo de contribuir a la difusión de la
arquitectura popular de nuestra zona ha visitado y nos ha traído imágenes de
dos corrales singulares que se construyeron aprovechando cuevas naturales. Uno
se encuentra en Calcena, al que dedicaremos otro artículo, y el otro en Borja,
al que hacemos referencia hoy.
Se
encuentra situado en la Muela Baja, más arriba de la casa de los Iraches, en el
mismo paraje donde se encuentra el yacimiento arqueológico de Aster, uno de los
estudiados por el Dr. D. Isidro Aguilera. El ganado que allí se recogía
aprovechaba los pastos de una zona de poca pendiente que se encuentra entre el
corral y la citada casa de los Iraches.
La parte exterior del
corral está delimitada por muros de piedra seca que aprovechan como cimientos
las capas de roca de origen natural, tanto por arriba como por debajo de la
entrada a la cueva, donde se protegía al ganado.
La cueva tiene una superficie de unos 75 a 100
metros cuadrados, siendo la altura de su entrada de 1,60 metros que, en el
fondo alcanzaba los cuatro metros, aunque el techo, formado por una capa estrecha
de roca, se debió desplomar.
En su interior aún
conserva lo que parece ser un pequeño pesebre que aprovechaba un hueco natural
de la roca.
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