domingo, 1 de diciembre de 2019

Libros recibidos 290


         Proseguimos con la reseña de los libros remitidos por la Institución “Fernando el Católico” con Cartas de la cárcel (1961-1967), una obra de especial significado pues, en ella, Javier Delgado Echeverría, recopiló poco antes de su fallecimiento, las cartas que, desde el penal de Burgos remitió Vicente Cazcarra Cremallé, el más destacado militante comunista aragonés, del que ofrece también una síntesis biográfica. Ha sido prologada por el Prof. D. Carlos Forcadell Álvarez, Director de la Institución. Va ilustrada con numerosas imágenes inéditas, en su mayor parte.




         El Dr. D. Javier Ordovás Esteban es el autor de Los cronistas aragoneses en la Edad Moderna. Apuntes biobibliográficos, en la que se recogen, por vez primera, las principales informaciones sobre los cronistas del Reino de Aragón, los de su Corona y los cronistas “ad honorem”, aunque también se hace referencia a las crónicas aragonesas anteriores a Jerónimo Zurita que fue el primer cronista oficial. Entre ellos figuran Jerónimo de Blancas cuya familia procedía de Gallur (el capítulo dedicado a él se ilustra con una foto de la casa familiar en esa localidad y un retrato procedente de nuestro blog) y fray José Antonio de Hebrera y Esmir, natural de Ambel. Nos ha sorprendido que al relacionar las obras de Juan Francisco Andrés de Uztarroz, del que por cierto desvela como novedad el nombre de su madre, no incluya la que llevaba por título Antigüedad de la villa de Mallén, publicada en Zaragoza en 1641, razón por la cual lo incluimos en nuestro Diccionario Biográfico, en el que también aparece Julián Andrés de Uztarroz, prior de la colegiata de Santa María de Borja, cuya relación con el cronista no hemos podido establecer todavía. Este eclesiástico fue el famoso asesino, por celos, del monje verolense fray Miguel de Cariñena.




         El último de los libros reseñados hoy es Zaragoza 1564. El año de la peste en el que el Prof. D. Francisco José Alfaro Pérez ofrece un documentado estudio de la epidemia que asoló la capital aragonesa en ese año, ocasionando un número de fallecimientos imposible de cuantificar. La peste ya había estado presente en el valle del Ebro en 1524 y en nuestra comarca. Pero en 1564 vino desde Francia a través de unos mercaderes, llegando a ocasionar unos 10.000 muertos. En la obra se analiza la incidencia del brote epidémico en la ciudad, el dispositivo asistencial creado con la actuación del Dr. Joan Thomas Porcell, cronista de excepción de lo acaecido, y las consecuencias que tuvo.

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