martes, 11 de noviembre de 2025

La tragedia de los cascos históricos

         En la fachada de la antigua Casa Consistorial de Calatayud hay una lápida en la que puede leerse: “La restauración de esta plaza y fachada se inauguró en presencia de SS. MM. D. Juan Carlos I y Dª. Sofía el 18-II-1981”.

         Pero, en Calatayud, como en Borja y otras ciudades, la situación de los cascos históricos es realmente trágica, sin que hayan podido encontrarse soluciones para revertir el constante deterioro. 

 


         En aquella plaza inaugurada por los Reyes, han desaparecido ya varios de los edificios que la conformaban y, de los restantes, muchos o la mayor parte se encuentran deshabitados.

 


         En Calatayud se han llevado a cabo obras importantes de restauración, como la de la Colegiata de Santa María, o el contiguo palacio de los Pujadas de Vezlope, donde se encuentra la oficina delegada del Gobierno de Aragón, así como la mayor parte de sus castillos.

 

         Pero, al lado de los anteriormente citados se encuentra el antiguo palacio episcopal, en el que llegamos a conocer un museo de Arte Religioso, pero ahora se encuentra en situación de abandono y su lateral muestra este aspecto.

 


         Recorriendo el casco histórico llama poderosamente la atención el elevado número de edificios derruidos o en lamentable estado, incluso junto a lugares emblemáticos.

 


En algunos casos, al menos, se ha intentado paliar el mal efecto de las medianerías resultantes, tras los derribos, con unos trampantojos que mejoran la visión de esos espacios. Pero, si nadie lo remedia, no habrá pintura suficiente para impedir que allí, como en Borja, el casco antiguo se convierta en un inmenso solar.

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