En la sala III del Museo de la Colegiata de Borja se exhibe un busto de Ecce Homo, en el interior de una urna o escaparate, que fue donado por las hermanas López, cuando se estaba creando el museo para que fuera colocado en él, sobre la misma mesa en la que se conservaba en su domicilio de la calle Alfaro Malumbres.
El indudable
interés de esta pieza nos ha llevado, con frecuencia, a interrogarnos sobre su
procedencia y autoría. Ahora, a partir de los documentos que nos entregó D.
Antonio Solanilla, hemos encontrado una referencia en la escritura de partición
de los bienes que constituyen las herencias de D. Hermenegildo López Santandreu
y Dª. Andresa Larraya Guibert, otorgada el 11 de marzo de 1895, ante el notario
de Borja D. Juan Antonio Grábalos.
En ella se hace
mención a un codicilo otorgado por Dª. Andresa Larraya el 16 de septiembre de
1894, en cuyo apartado segundo se hace constar que “Deja de gracia especial a
mi citado hijo D. Gerardo López una imagen de Nuestro Señor Jesucristo de
madera tallada con su correspondiente urna que se encuentra en la habitación
donde ordinariamente habita”.
Esta casa de la
calle Alfaro Malumbres fue otorgada a sus hijos Gerardo y José, aunque este
último vendió su parte al primero y en ella permaneció la imagen hasta su
donación por las descendientes de D. Gerardo López Larraya.
Hasta aquí un
dato cierto: que en 1894 era propiedad de Dª. Andresa Larraya. Pero el Dr. D.
Alberto Aguilera pudo documentar en el Archivo Diocesano de Tarazona que, en
1757, la tenía en su poder D. Ignacio Echevarría, el cual reunía a su familia
ante ella para rezar el Rosario todos los días. Así lo dio a conocer en un
artículo publicado en Archivo Dominicano, sobre la devoción al Santo
Rosario en Borja.
Queda por
aclarar cuál era la relación entre el citado Ignacio Echevarría y Andresa Larraya,
aunque lo más interesante sería conocer al autor de la obra y cómo llegó a Borja.
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