Contaba
hace años el recordado D. Juan Manuel Jiménez Andía, Consejero que fue del
Centro de Estudios Borjanos, su encuentro con un anciano párroco con el que
comentó la disminución de vocaciones religiosas que, en aquellos momentos,
comenzaba a notarse. “Tranquilo, por ahora, Sr. Jimenez –le dijo el sacerdote- que
llegará un día en que, por falta de curas, subirá uno, todos los domingos, a la
cumbre del Moncayo y celebrará la Misa, desde allí, para Aragón y Castilla”.
Preparándose,
quizás, para ese momento el P. Cerbando Bedoya, de la Congregación de Misioneros
de Betania y encargado de las parroquias de Ambel y Maleján, inició hace unos
días la ascensión a la cima de nuestra mítica montaña, acompañado por el P.
Jesús Sánchez, de la misma congregación, encargado de las parroquias de
Bulbuente y Talamantes, y por dos sacerdotes mexicanos D. Gustavo y D. Jaime.
Con
gran facilidad, debido a la perfecta preparación física en su Guatemala natal,
donde se encuentran montañas tan hermosas como el Tajumulco que, con 4.220
metros, es la más alta de América Central, pudo alcanzar en pocos minutos la
cumbre del Moncayo que, al fin y al cabo, sólo tiene 2.315 metros.
Allí,
en lo más alto, quiso celebrar la Santa Misa, aunque el fuerte viento reinante
les obligó a hacerlo al socaire de un cercado de piedras próximo.
Fue
una celebración íntima pero de profundo significado espiritual, en la que el
Cuerpo y la Sangre del Señor se alzaron en la majestuosidad de un espacio
natural que, por un día, se convirtió en improvisado templo.
A
la Santa Misa asistieron los compañeros que le habían acompañado en la
ascensión y un grupo de montañeros que se encontraban en esos momentos en la
cumbre.
No
es la primera vez que tiene lugar una celebración eucarística en la cumbre del
Moncayo, ya que el Stadium Casablanca organiza una todos los años y allí la
celebró D. Pablo Domínguez, decano de la Facultad de San Dámaso, minutos antes
de su trágica muerte cuando descendía del monte. Pero como es un hecho que no
se repite con demasiada frecuencia, el P. Cerbando ha querido compartir con
nosotros estas bonitas imágenes.
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