Entre
el excepcional conjunto de relicarios conservados en la iglesia parroquial de
San Miguel de Ambel se encuentra esta arqueta de madera, guarnecida con placas
de marfil (o de hueso para algunos) que, en la parte superior, incluyen ocho
representaciones de músicos y jóvenes (hombres y mujeres) bailando. En el
lateral posterior puede verse a un cazador alanceando a un jabalí.
La
parte anterior, donde se disponen los elementos de cierre está reforzada con
tiras metálicas y la madera guarnecida con rombos de nácar. También son de
nácar los elementos decorativos incrustados en la madera.
Según
la tradición esta arqueta fue donada a la iglesia por el comendador de la Orden
de San Juan de Jerusalén, D. Pedro de Monserrat, el 2 de julio de 1549.
Probablemente fue depositada, a manera de teca, en la parte posterior del
retablo de la capilla funeraria que había mandado construir en dicha iglesia. Allí
permaneció oculta, hasta que el 29 de agosto de 1682, fueron encontradas por
los vecinos de Ambel, junto con otro “cofrecito”, conteniendo ambas “numerosas
reliquias” a las que, ante la terrible sequía por la que atravesaba la
localidad en esos momentos, decidieron encomendarse, sacándolas en procesión al
día siguiente, con tan buena fortuna que, al hacer su aparición en la puerta
principal del templo, comenzó a llover copiosamente durante dos días. Con este
motivo, las “Santas Reliquias” se convirtieron en patronas de Ambel,
celebrándose su fiesta cada 29 de agosto. En la actualidad, las reliquias
desfilan en un ostensorio construido mucho más tarde, dándose la circunstancia
que lo que contiene son recuerdos piadosos de Tierra Santa que, probablemente,
se encontraban en la arqueta, aunque en diversos relicarios se veneran también
otras mucho más importantes, entre las cuales se encuentra un fragmento del Lignum Crucis de Caspe que llegó a la
villa por donación del citado comendador.
La
arqueta estuvo expuesta en la gran exposición que, con el título “Aragón, Reino
y Corona”, se celebró en el Centro Cultural de la villa de Madrid durante los
meses de abril y mayo de 2000. Con este motivo, aparecía reproducida en el
catálogo de dicha exposición, con el nº 24, indicando que las placas
decorativas estaban realizadas en marfil, aunque era la única pieza en la que
se no se incluía un estudio detallado. De hecho, se han formulado diversas
hipótesis sobre su primitiva función y algunos han apuntado la posibilidad de
que fuera utilizado como joyero.
Ahora,
un destacado colaborador de nuestro Centro nos ha enviado imágenes de una pieza
similar expuesta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. En la tapa superior,
también aparecen representaciones de músicos y jóvenes danzando.
En
los laterales, al igual que ocurre en el caso de Ambel, se pueden ver escenas
de caza. De procedencia desconocida, llegó al museo en 1945 formando parte del
legado de D. Martín Estany. Está catalogada como “caja de juegos con músicos” y
datada en el siglo XV. Respecto a las placas se afirma que son “de
marfil con restos de policromía y dorados”, colocadas sobre madera.
Junto
a ella, se exhibe otra de características diferentes, también catalogada con
“caja de juegos”. No son los únicos casos ya que en la Sección Medieval del
Museo Arqueológico Nacional existe otra, muy parecida a la de Ambel, también
catalogada con “caja de juegos” de la que, por el momento, no disponemos de
imágenes.
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