Rubén
Lorenzo es el autor de la obra Pilar
Bayona. Su entorno pianístico y su estilo interpretativo que acaba de
editar la Institución “Fernando el Católico”. El autor es doctor en Música por
la Universidad Politécnica de Valencia, con Premio Extraordinario de Doctorado
y una brillante trayectoria profesional.
La
obra que comentamos no es una biografía al uso, sino que se centra en la
formación de la que define como la pianista más importante que vivió en
Zaragoza en el siglo XX. Pero, lo más sugerente es el análisis que realiza de
su forma de interpretar a través de métodos tan innovadores como el análisis
espectrográfico de las grabaciones que se conservan de ella, así como del
estudio de las fotografías de sus conciertos, a través de las cuales describe
la posición de sus manos.
Entre
sus conclusiones viene a rebatir cuestiones sobre la pretendida formación
autodidacta de la pianista aragonesa, demostrando la influencia de su profesora
Ángeles Sirvent y, a través de ella, de la escuela de piano catalana de Joaquín
Malats. También discrepa sobre las opiniones de que Pilar Bayona no tocaba
obras de Franz Liszt, demostrando que, en sus primeras décadas, incluyó en su
repertorio muchas de este compositor húngaro.
Dentro
de la colección “Fuentes Históricas Aragonesas” y con el número 82 de la misma,
ha aparecido el libro La muerte en la
Casa Real de Aragón. Cartas de condolencia y anunciadoras de fallecimientos
(siglos XIII al XVI), firmada con carácter genérico como “Archivo de la
Corona de Aragón”, dado que en su elaboración intervinieron varios facultativos
del mismo, aunque la introducción corre a cargo de su director D. Carlos López
Rodríguez.
En
ella se transcriben 347 documentos, la mayor parte de los cuales se conservan
en la sección “Real Chancillería” del citado archivo y el resto del fondo de la
Generalitat, también depositado allí, en 1828.
Los documentos
giran en torno a los fallecimientos de monarcas aragoneses o personas de su
entorno y, entre los mismos, hay algunos relacionados con nuestra zona.
Concretamente la carta dirigida, el 3 de junio de 1396, por la reina Dª
Violante al justicia, jurados y prohombres de Borja, dando cuenta de la muerte
de su marido Juan I, tranquilizándoles con la noticia de “que está preñada”. El
21 de julio de ese mismo año, la soberana agradece a los borjanos las
condolencias que le manifestaron a raíz de su carta anterior.
Otros
comunicados tienen carácter general, al ser dirigidos a diferentes ciudades y
villas, como el firmado el 28 de enero de 1336 por el infante Pedro,
comunicando la muerte de su padre, Alfonso IV, y ordenándoles celebrar exequias.
Entre los destinatarios de esta carta también aparecen el justicia y jurados de
Magallón.
Por su parte, el 25
de julio de 1458 por la que Juan II, informó del fallecimiento de su hermano
Alfonso V, y de haber jurado como rey en la Seo zaragozana, mandando, como era
costumbre, que se celebraran exequias por el alma del difunto monarca.
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