jueves, 28 de junio de 2018

Museos y monumentos de Berlín



         Una de las visitas imprescindibles en Berlín es al Museo de Pérgamo en el que se exhiben obras maestras de la Antigüedad clásica, fruto de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por destacados arqueólogos alemanes, desde finales del siglo XIX.
         Debe su nombre a que allí puede contemplarse el denominado altar de Pérgamo que, sin embargo, no pudimos ver ya que su emplazamiento se encuentra sometido a un proceso de rehabilitación que finalizará en 2025.
         Sin embargo, el museo reúne otros importantes atractivos como las salas dedicadas a la cultura griega y romana con la espectacular Puerta del Mercado de Mileto, construida en el siglo II d.C., y que era el paso entre el ágora y el mercado sur de la ciudad.

En la misma sala se puede ver el trípode de mármol del Bouleuterión de Mileto. Con ese nombre se conocía al lugar de reunión del Consejo de los Quinientos de las ciudades griegas.

Durante la II Guerra Mundial todas estas obras de arte fueron preservadas y, al término de la misma, algunas fueron llevadas a la Unión Soviética de donde regresaron para ser repartidas entre las zonas en que fue dividida la ciudad. El museo quedó en la parte ocupada por los soviéticos pero, tras la reunificación, los centros de la isla de los museos han sido reestructurados para mostrar en todo su esplendor sus impresionantes colecciones.



         Una de las más llamativas está constituida por la Puerta de Ishtar que era una de las ocho puertas interiores de la ciudad de Babilonia. Tiene 14 metros de altura y fue construida por Nabucodonosor II en el 575 a.C bajo el mandato de Nabucodonosor II. Dedicada a la diosa Isthar, está decorada con ladrillos esmaltados de color azul y oro. Sadam Hussein mandó construir en la propia Babilonia una réplica de esta puerta conservada en Berlín, donde también se puede contemplar la Vía Procesional por la que se accedía a ella.  



         En una sala contigua hay una reproducción de un palacio asirio a partir de los relieves del palacio de Kalhu y la pintura de la sede de Tulki-Ninurta I. En su entrada se hallan emplazadas estas magníficas esculturas de leones alados con cabezas humanas que estaban situadas a la entrada de la puerta principal del palacio, como guardianes de la misma.




         El contiguo Museo Neues tiene el aliciente de contemplar el busto de Nefertiti, una de las obra maestras del arte egipcio. Lamentablemente, no se permite tomar fotografías del mismo. La única que hicimos fue, desde la lejanía, de la sala donde ahora se exhibe.
         Nefertitir fue la esposa del faraón Akenatón y su belleza era legendaria, como queda patente en este busto realizado por el escultor real Tutmose. Entre los años 1370 y 1330 a. C. desempeñó un importante papel en Egipto, llegando a ser corregente con su esposo, algo poco habitual.

El busto fue descubierto el 6 de diciembre de 1912, en unas excavaciones realizadas por la Orient-Gesellchaft y encabezadas por el egiptólogo alemán, Ludwig Borchardt. Fue adquirido por el empresario y coleccionista alemán James Simon, que lo donó al Ägyptisches Museum Berlin (Museo Egipcio de Berlín), habiéndose exhibido en el Neues Museum hasta 1943, cuando fue trasladado a un lugar seguro a causa de la Segunda Guerra Mundial, en la que el Museo finalmente resultó destruido (1945). Tras la guerra se exhibió en diversos museos de la capital alemana, el último de ellos el, Altes Museum, donde pudimos verlo en una visita anterior, hasta que, en 2009, regresó al Neues Museum, tras la rehabilitación del edificio.





         Pero el museo tiene otros muchos alicientes, tanto por las piezas expuestas de las más diversas culturas, entre ellas las procedentes de Troya, como por la propia arquitectura del edificio.






         Estuvimos también en el Reichstag, sede del Parlamento alemán y emblemático monumento de la historia alemana. Su cúpula que ha venido a sustituir a la destruida durante la guerra, fue realizada por Sir Norman Foster y se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Con 40 metros de diámetro está formada por 24 nervios de acero y se accede a la parte superior por unas rampas de 320 metros de longitud que discurren de forma independiente para la subida y el descenso.




Muy cerca se encuentra el monumento al Holocausto, diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold.  Sobre una superficie de 19.000 metros cuadrados  se disponen 2.711 estelas de hormigón visto, de dimensiones variables, entre las cuales se puede circular, en medio de una atmósfera un tanto opresiva, como pretendieron los diseñadores. Su construcción se inició en 2003, siendo inaugurado el 10 de mayo de 2005.




        No podía faltar una visita al Charlie Checkpoint, el principal punto de acceso al Berlín Oriental desde la zona occidental, que se ha querido mantener como recuerdo de aquellos años en los que la capital alemana estuvo dividida entre las potencias de ocupación.





         Y lo mismo ha ocurrido con algunos testimonios del “Muro de Berlín”, construido en 1961 y cuya caída, el 9 de noviembre de 1989, representó el inicio de una nueva época. De aquel muro en el que tantas personas perdieron la vida, cuando buscaban la libertad, quedan estos restos y los fragmentos, supuestamente procedentes del mismo, que ofrecen todas las tiendas de recuerdos de la capital alemana.

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