jueves, 14 de marzo de 2019

El valor documental de esquelas y recordatorios



         Estos días, en el marco de un proyecto de investigación que hacía referencia a su vinculación con Gallur, hemos tenido que reconstruir la historia de la familia Nogués, propietaria del palacio, ahora abandonado de la calle Costa, de la que teníamos muy pocos datos, salvo los que publicamos en nuestro Diccionario Biográfico y alguna noticia aparecida en este blog.





         Para lograrlo, en muy corto espacio de tiempo, ha sido fundamental la información proporcionada por los recordatorios que conservábamos en nuestro archivo y la que proporcionan las esquelas aparecidas en distintos medios de comunicación. En este sentido el hecho de que, tanto ABC como La Vanguardia, tengan digitalizadas todas sus colecciones facilita enormemente la labor. Ojalá que algún medio de comunicación aragonés llevara a cabo la digitalización de sus fondos. Esto es tan interesante que nos estamos planteando la posibilidad de hacer nosotros lo mismo con la colección de periódicos comarcales que tenemos. De hecho, ya hicimos eso con los Programas de Fiestas, aunque tuvimos que retirar el DVD correspondiente por los graves fallos detectados en el trabajo supuestamente realizado por una empresa especializada. Ahora, pretendemos volver a distribuir una nueva edición con los programas correctamente escaneados.



         Mientras tanto, queremos seguir insistiendo en el valor de los modestos recordatorios, impresos sencillos que, sin embargo, siempre aportan datos de interés. Ponemos como ejemplo éste de la Profesión Perpetua de una religiosa concepcionista, Sor María Sagrario de San José, a través del cual podemos conocer cuándo entró en el convento de Borja, cuándo tomó el hábito y cuándo emitió los votos temporales. Asimismo, nos revela que, en el momento de la profesión perpetua (26 de abril de 1947) era confesor de la comunidad D. Pablo Pérez Montorio, cuyo nombre va precedido por su condición de Licenciado, que lo era y, además, un gran orador sagrado. En este caso, el recordatorio tiene el valor añadido de que fue editado en la Imprenta de Borja.




         Lo mismo sucede con los recordatorios distribuidos con motivo del fallecimiento de una determinada persona, costumbre prácticamente extinguida. Además de la información que proporcionan podemos valorar las características de los mismos. Generalmente eran de producción industrial, en cuyo reverso se imprimía los datos del fallecido. El que reproducimos, conservado en nuestro archivo fue editado en Gráficas Mar de Tudela y ofrece la particularidad de tener sus cantos dorados.





         Mucho más raros eran los que se editaban en forma de díptico con la imagen del difunto y con cubiertas caladas. Un bonito ejemplo de ellos es el de Dª. Emilia Rivas Bosch, hermana del que fuera Alcalde de Zaragoza e ilustre médico D. Juan José Rivas, vinculado familiarmente con nuestra ciudad. Dª. Emilia, casada con D. Alfredo Bosch Fraile, falleció en Madrid en 1908 a la temprana edad de 30 años. Su esposo, que era originario de Ateca a donde regresó pues, en 1918, formaba parte allí de una comisión creada para recabar fondos con destino a los afectados por la grave epidemia de gripe.

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