Damos
noticia hoy de la incorporación a nuestra biblioteca de otras dos obras
relacionadas con García Bacca. Una de ellas es la tercera edición de Historia del pensamiento filosófico
latinoamericano. Una búsqueda incesante de la identidad, del Prof. D. Carlos
Beorlegui, publicada por la Universidad de Deusto en 2010.
Obra
de extraordinaria importancia que, en sus 896 páginas, fruto de un extenso y
minucioso trabajo que fue gestado durante los años de permanencia en San Salvador,
como Profesor invitado de la Universidad Centroamericana “José Simón Cañas”, a
cuyos alumnos está dedicado. Del interés que el libro despertó constituye una
buena muestra las sucesivas ediciones aparecidas, siendo objeto de comentarios
muy positivos.
Como
señala el Prof. Beorlegui en la introducción su primer contacto con
Latinoamérica fue a través de la figura de García Bacca, objeto de su tesis
doctoral, dedicada a la “La filosofía del hombre en Juan David García Bacca”. A
él le dedica un extenso apartado en el libro que estamos comentando que lleva
por título “La filosofía de J. D. García Bacca y el núcleo filosófico
venezolano”, en el que junto con datos biográficos, analiza las diversas etapas
de su pensamiento y el significativo papel que desempeñó en el entorno
filosófico hispanoamericano.
La
otra obra que hemos conseguido es El
bucle prodigioso. Veinte años después de “Elogio y refutación del ingenio”,
en la José Antonio Marina, uno de los pensadores imprescindibles de nuestro
país, dialoga con María Teresa Rodríguez de Castro, colaboradora suya en
diversas ocasiones para, como se indica en la síntesis de la contraportada,
presentar una teoría de la inteligencia que se crea a sí misma, que inventa sin
parar, y que convierte la ficción en la esencia del ser humano. En eso consiste
el bucle prodigioso.
Un
libro ameno e interesante que se lee con facilidad y que incorporamos al fondo
bibliográfico sobre García Bacca porque Marina hace referencia a él en varias
ocasiones, calificándolo de “gran filósofo” e incluyéndolo entre sus lecturas,
al afirmar que ha “estudiado muy detenidamente a Zubiri, y al caótico Juan
David García Bacca, de quien me interesó su teoría de la creatividad esencial
de la inteligencia humana”.
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