Durante
su reciente visita al Centro de Estudios Borjanos, el Dr. D. José Antonio
Gracia Guillén, nos hizo entrega de varias de sus obras, entre ellas la que
lleva por título El marco de actuación de
la Universidad de Huesca, correspondiente a su tesis doctoral, defendida
con la máxima calificación en la UNED. Fue publicada por el Gobierno de Aragón
dentro de la colección “Temas de Historia Aragonesa” en 1994.
En
ella analiza la evolución de la Universidad Sertoriana desde finales del siglo
XVII hasta su desaparición a mediados del XIX, a través de varios capítulos,
dedicados a la situación general de las universidades españolas a principios
del siglo XVIII; a los estatutos de la Universidad de Huesca y sus planes de
estudio. También son objeto de su atención las facultades con las que contó:
Teología, Cánones, Leyes, Medicina, Artes y Escuela de Gramática, así como el
profesorado que ejercía la docencia en ellas, junto con la procedencia de los
estudiantes matriculados. Un capítulo está dedicado a los colegios vinculados a
la universidad y el último a los seminarios conciliares asociados, entre ellos
el de Tarazona.
Especialmente
importante es su obra Las claves de la
Revolución Industrial en España. El declive de la estructura económica actual,
publicada por Cultiva Comunicación en 2010. En sus 680 páginas trata de responder al vacío historiográfico
que hay sobre la industrialización en España. Aunque centrado en el caso
concreto de la industria, el tema es contextualizado con el estudio paralelo de
los sectores primario y terciario, todo ello en su triple dimensión de pasado,
presente y futuro. A partir de un primer apartado dedicado a los postulados del
desarrollo económico, analiza las bases del proceso de desarrollo en España y,
de manera especial, el factor humano como clave del proceso. Otros capítulos
están dedicados al marco institucional y a un estudio pormenorizado del sector
remolachero-azucarero que tanta importancia tuvo al inicio del proceso. El
capítulo sexto está dedicado a la evolución de la industrialización desde las
industrias artesana existentes en el siglo XVIII, pasando por las dos fases del
proceso (1899-1930) y (1954-1974), para continuar con el duro proceso de la
reconversión industrial a finales del siglo XX y la recesión del XXI. El último
capítulo tiene como tema el declive de la estructura económica actual,
proponiendo diversas soluciones para hacer frente al mismo.
Con
anterioridad había publicado Las azucareras.
La revolución industrial en Aragón, editado por Mira en 2005. Un año antes,
se había cumplido el centenario de la puesta en marcha de la Sociedad General
Azucarera de España, con el propósito de racionalizar la producción azucarera
en una época de gran expansión incontrolada.
Hay
que tener en cuenta, por otra parte, que el proceso de industrialización en
Aragón giró inicialmente en torno a las empresas agroalimentarias que, en
nuestra región, llegaron a representar el 45 % de la producción azucarera
española. Obra interesantísima en la que se hace referencia también a otras
industrias, como la harinera, la metalúrgica, la papelera, la química o la
producción de energía eléctrica.
Contextualiza
lo que supuso para el campo aragonés y para toda la economía la introducción de
las azucareras y el desarrollo del sector que tuvo su expresión en numerosas
industrias: Azucarera de Aragón, Azucarera del Rabal, Azucarera de Zaragoza,
Azucarera del Gállego, Azucarera Agrícola del Pilar y la Azucarera de Casetas,
todas en el entorno de la capital. Además las hubo en Alagón, Calatayud,
Gallur, Épila, Luceni, Terrer, Calatorao, Santa Eulalia del Campo, La Puebla de
Híjar y Monzón.
Acompaña
el trabajo con una interesante serie de anexos en los que ofrece datos sobre
los precios de la remolacha, la superficie cultivada, las cantidades entregadas
para la molturación y la evolución de los salarios, junto con un inventario de
la azucarera de Alagón en 1903.
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