sábado, 21 de septiembre de 2019

Mantenimiento de conventos y su futuro


         En Borja existen, todavía, dos conventos de vida contemplativa que a su significado espiritual, unen su valor artístico. Uno de ellos es el convento de la Concepción, declarado “Bien de Interés Cultural” y el otro el convento de Santa Clara, cuyo templo es el que aparece en la imagen. Ambos fueron restaurados y sus respectivas comunidades de concepcionistas franciscanas y franciscanas clarisas, los cuidan y mantienen con mimo.




         Como ejemplo de ello, podemos señalar que la aparición de unas manchas de humedad en uno de los muros del templo conventual de Santa Clara, ha sido objeto de inmediata atención y, recientemente, pudimos ver cómo habían sido descolgados los lienzos que allí había, para proceder a repintarlos.



         Entre ellos, esta interesante obra que representa a la Sagrada Familia, de la que nos hemos ocupado en ocasiones anteriores, señalando las incógnitas que la rodean. Podría ser, ahora, una ocasión inmejorable, para fotografiarla en detalle y estudiarla detenidamente.





         Pero nuestro comentario de hoy quiere servir de advertencia sobre los riesgos que se ciernen sobre muchos edificios conventuales, abocados a un cierre inexorable por la falta de vocaciones religiosas. Todos los días recibimos noticias sobre el abandono de conventos en distintas ciudades españolas. Por el momento, ese no es el caso de Borja, pero si las circunstancias no cambian, en algún momento ocurrirá algo semejante.

         A comienzos del siglo XIX, la Desamortización ocasionó un auténtico desastre en una parte significativa del Patrimonio Cultural español. La incautación de los conventos masculinos, condujo a esos edificios a la ruina y nuestra geografía está jalonada de ejemplos lamentables, como el magnífico convento de los servitas de Cuevas de Cañart que es el que reproducimos.




         Ahora, por causas muy diferentes, ha llegado el turno a los conventos de religiosas que, en algunos casos, han sido vendidos para destinarlos a otros usos pero que, en la mayor parte de las ocasiones quedan en situación de abandono, al no poder hacerse cargo de ellas las administraciones públicas. El aspecto de abandono de sus templos es lamentable y sus cubiertas comienzan a ceder, como ocurre con este otro convento, también ubicado en Cuevas de Cañart y cuyas religiosas llegaron a Borja hace años.





         Pero si la situación de sus iglesias impresiona, mucho más impactante es el destino que se le ha dado a algunas de sus dependencias. Lo malo es que no existen soluciones para un problema que no se circunscribe a los conventos, sino que también afecta a los templos parroquiales de muchas localidades en las que la despoblación está haciendo estragos. Pero, de ello, hablaremos otro día.

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